Lobby en Chile: el nuevo traspié del Gobierno de Boric
Se habla de nuevo de una «cocina» en la que grupos de interés obtienen tratos especiales en materia regulatoria muchas veces a cambio de apoyos políticos
En los últimos días en Chile se habla mucho de problemas y muy poco de desafíos o del futuro. Indultos mal otorgados, pensiones vitalicias a centenares de delincuentes y aumento exponencial del narcotráfico, son algunos de los dramas que viven hoy los chilenos.
A lo anterior, se ha sumado un caso impresentable, en el que al menos 6 ministros de Estado participaron en reuniones secretas con empresarios y parlamentarios para «conversar». El anfitrión de las reuniones ha sido un lobista de nombre Pablo Zalaquett, ex alcalde de las comunas de La Florida y de Santiago, militante del partido de centro derecha Unión Demócrata Independiente UDI, y hoy dedicado como actividad principal al lobby.
Un medio de prensa «destapó» la noticia de que durante meses distintos ministros habían participado en reuniones «secretas» en casa del lobista Zalaquett. Entre los ministros asistentes hay del partido comunista, del frente amplio y de otros partidos, siempre grandes críticos de los empresarios. Lo sorprendente es que el convocante y también los ministros, han declarado que esas reuniones no eran lobby.
El presidente Boric, que primero apoyó todas estas iniciativas de diálogo, ha dado un giro en su postura exigiendo a los ministros registrar su participación en las plataformas de información oficiales, requeridas para este tipo de reuniones.
En Chile hay una ley de lobby que obliga a los funcionarios públicos a registrar las reuniones, pues evidentemente se refieren a temas vinculados con actividades empresariales, en que los ministros de Estado son actores relevantes en materias de políticas públicas.
Boric enfrenta una seguidilla de problemas que han llevado a Chile a no crecer. Lo que se ha llamado excesiva «permisiología», ha derivado en la postergación de diversos proyectos de inversión. En materia de pensiones, aún no se llega a un acuerdo en el parlamento. El sistema de salud está colapsado y se han revelado cifras de que 44 mil personas fallecieron en 2022 esperando ser atendidas en listas de espera en hospitales públicos. Por su parte el gobierno pretende destruir el sistema de salud privado, el cual se encuentra al borde del abismo. El sector salmonero, muy importante para la economía chilena, enfrenta una grave crisis por exigencias excesivas para operar y por la dificultad para obtener concesiones marítimas para instalar los centros de cultivo.
Se supone que de todas estas materias se habló en las reuniones en casa del lobbista. La intención sería acercar posiciones, conocerse, escucharse. La gran crítica que hace la mayoría es que hay una ley de lobby que debe respetarse y que este tipo de encuentros privados, son de una injusticia feroz para pequeños empresarios que no tienen acceso a estas instancias del poder.
Se habla de una «cocina», como muchas veces sucedió en Chile, en que grupos de interés obtuvieron tratos especiales en materia de aranceles, cuotas, tarifas y otras materias proteccionistas de una determinada industria, muchas veces a cambio de apoyos políticos.
Simultáneamente Chile enfrenta una crisis de seguridad interna, no como la de Ecuador, pero algunos analistas opinan que, si no se ataja a tiempo al narcotráfico, Chile podría llegar a ser dominado por los narcotraficantes. Por su importancia en el comercio y su apertura al mundo, Chile es un país por el cual transita la droga y también el consumo interno es muy alto.
En este contexto y mostrando una irresponsabilidad y falta de coherencia total, las autoridades que organizan el hasta ahora famoso Festival de la Canción de Viña del Mar, presentan en su cartelera a un tal «Peso Pluma», nombre artístico de un cantante mexicano cuya temática musical gira en torno a la «narcocultura».
La alcaldesa de Viña del Mar, la ultraizquierdista Macarena Ripamonti principal autoridad del evento, no ha cancelado la presencia del mexicano. Los canales de televisión también tienen algo que decir, uno público y otro de propiedad de un importante grupo privado. Al gobierno de Boric le falta coherencia y eficiencia y a la oposición chilena le falta coraje para enfrentar a un gobierno que se conduce mal. El pretexto del mal entendido «diálogo», paraliza a las patronales y a los partidos de oposición y Boric, aunque ineficaz en lo económico, sigue corriendo el cerco en materias sociales, culturales y valóricas.