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El nuevo primer ministro polaco, Donald TuskAFP

Cambio de régimen

Bruselas apoya los ataques de Tusk a la Constitución polaca: planea desbloquear 100.000 millones de euros

El nuevo gobierno, en apenas dos meses, ha tomado al asalto los medios de comunicación públicos, se enfrenta al Tribunal Constitucional y persigue a políticos ya absueltos

El Estado de derecho no es igual para todos, en especial si no comulgas con las ruedas de molino que impone Bruselas desde sus instituciones. Este es el mensaje que manda la Comisión cuando planea desbloquear a Polonia 100.000 millones de euros a pesar de la violación sistemática del Estado de derecho por el nuevo Ejecutivo de Donald Tusk.

Ha forzado la reforma de los medios de comunicación públicos a pesar de que el órgano que rige estos entes es independiente. ¿Cuál es la razón no admitida? Son conservadores en esencia. ¿Cómo lo justifica? Es la forma de asegurar la independencia mediática que, en todo caso, se reconocerá como total cuando la línea editorial coincida con lo que se dicte desde Europa.

Con la ley europea en la mano (la de libertad de prensa aprobada recientemente), Tusk debería ser al menos amonestado por cómo ha interferido en los medios de comunicación. La legislación, precisamente, se creó para limitar el poder de los gobiernos sobre los medios.

Las comparaciones son odiosas. En Polonia quien rige los entes públicos es un organismo cuyos dirigentes no son elegidos por políticos. En España, el consejo de RTVE es elegido directamente por políticos. Bruselas ve con malos ojos la primera circunstancia; se mantiene en silencio en la segunda.

El último escollo que se ha encontrado Tusk es el presidente Andrzej Duda, quien ha vetado las reformas judiciales propuestas por el primer ministro. El gobierno polaco ha pasado por encima de sentencias absolutorias del Tribunal Constitucional y persigue a políticos ya eximidos de sus responsabilidades. Ahora quiere modificar la justicia manu militari.

La guerra abierta contra todo lo construido por el anterior gobierno de Libertad y Justicia (PiS) no parece tener límites. Pese a la clara violación del Estado de derecho que supone la acción del nuevo Ejecutivo, el primer ministro recibe el apoyo total de Bruselas para continuar con las políticas de derribo.

Tusk ha prometido acelerar las reformas judiciales para cumplir con los objetivos de la UE, expresando su esperanza de que Duda las apruebe como ley. El Ejecutivo polaco da la vuelta a la tortilla para echar la culpa al presidente. Según indican, es él quien no cumple con las reglas de juego.

Bruselas y Varsovia están estudiando alternativas para sortear a la presidencia polaca. El comisario de Justicia, Didier Reynders, se reunirá con el ministro de Justicia, Adam Bodnar, en Varsovia para garantizar que Polonia cumpla con todas las condiciones necesarias para acceder al dinero.

Fondos en juego

Una opción contemplada es el desbloqueo parcial o total de 76.500 millones de euros de fondos ordinarios de la UE retenidos a finales de 2022 por cuestiones de independencia judicial, que no están formalmente vinculados a las exigencias europeas.

En cuanto a los fondos de recuperación postpandemia de la UE -35.400 millones de euros en préstamos y subvenciones-, trabajan en una «combinación de medios legislativos y no legislativos» para garantizar su acceso antes de su vencimiento en 2026.

La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, se encuentra en una posición política delicada, debiendo asegurar que el nuevo gobierno de Polonia, afín a su familia política, no reciba un trato preferencial. A pesar de ello, en menos de dos meses ya ha demostrado que no importa el qué, sino el quién.

Hungría, también con fondos congelados por cuestiones semejantes, ha criticado a Bruselas por supuesto doble rasero, utilizando la situación para cuestionar la coherencia en el trato a Varsovia y Budapest.