Un Estado palestino a cambio del reconocimiento de Israel: el plan árabe para poner fin a la guerra en Gaza
La guerra en la Franja de Gaza cumple ya 105 días. Las perdidas civiles son asumibles y la catástrofe humanitaria a la que se precipita el enclave palestino es de dimensiones nunca vistas. Los bombardeos israelíes han dejado 290.000 casas dañadas, 70.000 de ellas, destruidas o inhabitables, según cifras del Gobierno de la Franja, en manos de Hamás, recogidas por Naciones Unidas. La ofensiva del Estado judío ha provocado hasta 1,7 millones de desplazados internos, que en su gran mayoría se hacinan en el sur del enclave, y más de 24.000 palestinos muertos.
La situación es tan crítica que los países árabes han decidido dar un paso adelante y se han puesto a trabajar, en conjunto, en una propuesta para conseguir un alto el fuego en Gaza, tras más de tres meses de guerra, según ha revelado el diario británico Financial Times. Esta nueva propuesta, que se suma a una larga lista de proposiciones; la última mediada por Qatar y rechazada por Israel, plantea una normalización de relaciones entre los países árabes y el hebreo, a cambio de que este último acepte dar pasos «irreversibles» hacia la creación de un Estado palestino.
En caso de que el Gobierno de Benjamin Netanyahu aceptara estas condiciones, se pondría fin a la guerra en la Franja y se procedería también a la liberación de todos los rehenes en manos de Hamás y otras facciones palestinas. Se calcula que todavía mantienen cautivos a 136 israelíes, aunque se desconoce cuántos podrían haber fallecido. Un alto funcionario árabe, citado por el Financial Times, ha dejado caer que el plan podría «incluir el premio de que Arabia Saudí formalice sus vínculos con Israel dentro de unas pocas semanas».
Riad y Tel Aviv se encontraban a punto de anunciar la normalización de relaciones cuando Hamás lanzó el mayor ataque contra territorio israelí de su historia. Los milicianos palestinos se infiltraron por tierra, mar y aire y mataron a 1.200 israelíes, la mayoría civiles, y cogieron como rehenes a más de 240 personas, lo que catapultó el inicio de la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza. Arabia Saudí se vio entonces obligado a congelar cualquier negociación con Israel para no ser tachado como un traidor a la causa palestina.
Según el diario británico, los países árabes –sin entrar a especificar cuáles– habrían discutido el plan tanto con el Gobierno de Estados Unidos como con Europa, ya que la propuesta también exigiría que Occidente aceptara reconocer formalmente un Estado palestino o, en su defecto, que se concediera a Palestina una membresía plena en Naciones Unidas. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, durante su intervención en el Foro de Davos ya ahondó en esta vía como una posible solución. El alto diplomático estadounidense ligó la «seguridad» de Israel con la creación de un Estado palestino. Aunque, matizó, que este supuesto Estado autónomo para los palestinos tendría «problemas si está abiertamente opuesto al Gobierno de Israel».
El ministro de Exteriores de Arabia Saudí, el príncipe Faisal bin Farhan Al Saud, se sirvió del mismo escenario, Davos, para lanzar un guiño a Israel. A la pregunta de si Israel pusiera fin a la ofensiva en Gaza, Arabia Saudí estaría dispuesto a reconocer al Estado judío, el diplomático saudí contestó, sin vacilaciones: «Por supuesto». Ayer, y también desde el foro económico mundial más importante, el presidente israelí, Isaac Herzog, habló sobre el futuro de la Franja palestina.
«Animo a todas las partes a discutir la normalización con Arabia Saudí, algo que podría cambiar las reglas del juego después de similares pasos dados valientemente por Egipto, Jordania, Emiratos Árabes, Marruecos o Baréin», aseveró Herzog. Sin embargo, todo estos esfuerzos se han visto empañados por unas declaraciones del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ayer por la noche, en las que ha rechazado la creación de un Estado palestino en un escenario de posguerra en Gaza. «Israel tiene que mantener el control de seguridad sobre todo el territorio al oeste del valle del Jordán», ha zanjado Netanyahu.