La versión ucraniana sobre el avión derribado en Rusia: ¿por qué no podía llevar prisioneros de guerra?

Noticias falas, versiones enfrentadas y una batalla sin cuartel por el control de la información.

El derribo de un avión Il-76 ruso en la región de Belgorod ha desatado una tormenta de acusaciones cruzadas entre Rusia y Ucrania. El alto mando ucraniano reconoce que han sido sus fuerzas las que derribaron la aeronave, e insisten en que el avión transportaba misiles para sistemas de artillería S-300.

Rusia, por su parte, asegura que en el avión viajaban 60 prisioneros de guerra ucranianos que iban a ser liberados en un acuerdo de intercambio de prisioneros con Kiev.

De hecho, como confirmaron los servicios de inteligencia ucranianos, Rusia canceló la operación de intercambio de prisioneros con el argumento de que los combatientes ucranianos que iban a ser intercambiados murieron todos en el avión derribado.

Sin embargo, el gobierno ucraniano, por medio de uno de sus asesores, Anton Gerashchenkov, descartó que el avión transportara prisioneros de guerra ucranianos, y explicó

Gerashchenkov señala, en primer lugar, que el avión despegó de Bolgorod, a 40 kilómetros de la frontera con Ucrania, lo que hace imposible que se usara un avión para transportar prisioneros de guerra ucranianos a un punto tan cercano. Lo lógico es que se usaran autobuses, como se hizo en otras ocasiones.

También destaca que el avión realizaba una ruta hacia el norte, en dirección opuesta a la frontera ucraniana.

En segundo lugar, recuerda que esa aeronave nunca se empleó antes para transportar prisioneros de guerra, y asegura que el avión solía cubrir una ruta entre Rusia e instalaciones militares en Siria, donde Rusia tiene una amplia presencia militar.

Asimismo, afirma que el análisis de las fotografías donde impactaron los restos del avión descarta la presencia de un número tan grande de víctimas.

Rusia desestimó esa crítica con la explicación se encontraron a kilómetro y medio y dos kilómetros del impacto, lo cual tampoco tendría sentido.

Asegura que hay evidencias de que, tras el primer impacto, se produjeron explosiones internas, lo cual confirmaría que el avión transportara misiles para sistemas S-300. Señala que es imposible que un mismo avión transporte al mismo tiempo misiles y prisioneros de guerra.

Afirma que no se ha confirmado que hubiera prisioneros de guerra en el avión y, si finalmente se confirmara, se trataría de una operación ejecutada por los servicios especiales rusos para hacer que Ucrania matara a sus propios prisioneros de guerra.

La red de propagandistas rusos y los bots de desinformación en redes sociales al servicio del Kremlin se activaron al minuto del derribo propagando la versión del gobierno ruso, lo que apuntaría a una operación de propaganda planificada por los servicios secretos.

Similar interpretación de los hechos realiza los servicios secretos ucranianos que, en un comunicado, no descarta, de forma implícita, que el avión transportara tropas ucranianas, y responsabiliza de su muerte a Rusia.

«Hacer aterrizar un avión de transporte (de prisioneros) en una zona de guerra a 40 kilómetros (de la frontera con Ucrania) no puede ser seguro, y debería haberse discutido por ambas partes (antes del vuelo). De lo contrario, se pone en peligro todo el proceso de intercambio», señala el comunicado.

«Según esto, podemos apuntar a que se trata de una acción planificada y deliberada de la Federación Rusa con el objetivo de desestabilizar la situación en Ucrania y debilitar el apoyo internacional a nuestro Estado», concluye el comunicado.