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Kenneth Eugene Smith, condenado a muerte

Alabama marca un punto de inflexión: la polémica ejecución de Kenneth Smith con nitrógeno

El preso ha sido ejecutado por el asesinato de la mujer de un predicador, Elizabeth Sennett, en 1988, a quien apuñaló varias veces

En un episodio que marcará un hito en la historia de la pena de muerte en Estados Unidos, la gobernadora de Alabama, Kay Ivey, anunció la ejecución del recluso Kenneth Smith mediante un método pionero: el gas nitrógeno. Este procedimiento, utilizado por primera vez en suelo estadounidense, ha desatado un mar de controversias y cuestionamientos éticos. El preso ya había sobrevivido a otro intento de ajusticiamiento por inyección letal porque no pudieron encontrarle la vena.

A Smith, condenado a muerte por el asesinato por encargo de una mujer en 1988, lo declararon muerto a las 20:25 hora local (02:25 GMT del viernes) tras inhalar gas nitrógeno a través de una máscara y haberse quedado sin oxígeno.

Sus últimas palabras, ya con la máscara puesta, fueron impactantes: «Esta noche, Alabama hace que la humanidad dé un paso atrás. Gracias por apoyarme. Los amo a todos».

Chuleta, croquetas y huevos

Smith empleó sus últimas horas en despedirse de su esposa y de sus familiares y en pedir un último almuerzo: chuleta, croquetas y huevos.

Periodistas que fueron testigos oculares de la ejecución relataron que, después de que el gas comenzase a fluir, Smith se estuvo retorciendo durante un par de minutos y luego se le vio con respiración agitada durante varios minutos más.

El director del Departamento Correccional de Alabama, John Hamm, minimizó las sacudidas del recluso como «involuntarias», argumentando que estaban dentro de lo esperado. No obstante, las imágenes del recluso retorciéndose y las palabras finales pronunciadas han avivado el debate sobre la humanidad de los métodos de ejecución.

Alabama ha defendido su nuevo protocolo como «el método de ejecución más indoloro y humano conocido por el hombre», una afirmación que ha sido objeto de críticas y rechazo por parte de organismos internacionales y defensores de los derechos humanos. Naciones Unidas ha condenado la aplicación de la pena de muerte mediante gas nitrógeno, calificándola de «cruel» y una forma de «tortura».

Amnistía Internacional ha recordado que, en noviembre de 2022, se intentó ejecutar a Smith con una inyección letal, pero una serie de problemas técnicos llevaron a una experiencia descrita como «espantosa». Tres jueces del Supremo lo catalogaron como un acto de tortura, generando en el recluso «enormes dolores y sufrimientos» que desencadenaron un trastorno de estrés postraumático.

«Conejillo de indias»

El Tribunal Supremo de Estados Unidos, minutos antes de la ejecución, rechazó el último recurso presentado por la defensa de Smith por 6 votos a 3. La magistrada progresista Sonia Sotomayor, una de las tres que votaron por detener la ejecución, expresó su preocupación, alegando que Alabama eligió a Smith como un «conejillo de indias» para probar un método nunca antes utilizado.

Este controvertido episodio se suma a la complicada historia de la pena de muerte en Estados Unidos, que desde la reintroducción por el Tribunal Supremo en 1976 ha visto la ejecución de 1,583 presos, con 73 de ellas llevadas a cabo en Alabama. La aplicación del gas nitrógeno como método de ejecución, ahora legal en solo tres estados norteamericanos (Alabama, Oklahoma y Mississippi), plantea serias preguntas éticas y humanitarias en torno a la pena capital en el país.