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Tractores de los agricultores franceses bloquean autovías en toda FranciaAFP

Nuevo desafío de los agricultores franceses a Macron: bloquean autovías, fronteras y hasta las playas

Las protestas han afectado de lleno a los transportistas españoles por el cierre de los pasos fronterizos hispano-franceses

Francia vive este viernes un día de ira, un «viernes negro», como ha sido bautizado en la prensa francesa, de los agricultores contra el gobierno del flamante nuevo primer ministro Gabriel Attal y contra el presidente Manuel Macron.

Lo cierto es que Attal no podría haber empezado con peor pie. La imagen, con cientos de tractores bloqueando autovías, fronteras, las calles de París y hasta la playa de Le Touquet –donde Macron tiene una residencia– no podría ser una peor tarjeta de visita.

Los sindicatos agrícolas reclaman ayudas, la reducción del precio del diésel para uso agrícola y una reducción de la burocracia para ayudar al sector a capear la crisis que padece el sector.

Exigen también una marcha atrás en las medidas contra el cambio climático impuestas desde Bruselas, que limitan el uso de pesticidas o entorpecen los cultivos extensivos.

En particular, las protestas se deben a las medidas previstas en el Pacto Verde Europeo que impone regulaciones para avanzar hacia la transición ecológica, regulaciones que los agricultores consideran incompatibles con su actividad.

Las protestas, que comenzaron hace ocho días por toda la geografía francesa, ya causaron la muerte de una mujer ganadera y su hija de 12 años tras ser atropellados por un coche que trataba de burlar el bloqueo de la autovía.

Según el diario Le Figaro, los accesos a la capital francesa (la A1, la A6, la A10-A11, la A13 y la A15) están totalmente bloqueados por la presencia de tractores en los peajes de las autovías.

De hecho, hay cientos de kilómetros cerrados al tráfico en autovías de todo el país por las protestas de los agricultores.

Las protestas han salpicado a los transportistas españoles debido al corte de los accesos a las fronteras francesas con España.

La Prefectura (delegación del Gobierno) de los Pirineos Orientales indicó en su cuenta de Twitter que la autopista A9 estaba cerrada desde el peaje de Le Boulou en los dos sentidos en todo el departamento, y también estaba bloqueado el acceso al mercado de frutas y verduras de Saint Charles, a las afueras de Perpiñán, así como la carretera de Andorra por el puerto de Puymorens, informó Efe.

En el otro extremo de los Pirineos, la autopista A63 que comienza en la frontera española del País Vasco, estaba cerrada en Bayona y la A64 en dirección de Tarbes, según Bison Futé, el organismo de información sobre el tráfico.

El alcalde de Montpellier denunció en un mensaje en Twitter la violencia de los sindicatos agrícolas: «El orden republicano no tiene geometría variable, la violencia venga de donde venga no es aceptable en una democracia. No puede haber complacencia con los actos de violencia contra funcionarios electos, servicios estatales, propiedad pública por parte de una minoría de agricultores».

Attal señaló que realizará este viernes o en los días venideros una batería de propuestas a los sindicatos agrícolas.

Sin embargo, el presidente del principal sindicato agrícola, FNSEA, Arnaud Rousseau, expresó su desconfianza en el primer ministro.

Además de los tractores, otra de las principales armas empleadas por los agricultores es el estiércol y los detritus de los animales de granja.

Con camiones cisterna los agricultores están lanzando estiércol a manguerazos contra edificios gubernamentales.

Las protestas no se circunscriben únicamente a Francia. Otros países europeos están registrando manifestaciones similares.

Es el caso de Alemania, donde los agricultores han salido con los tractores a protestar con demandas similares a las expuestas por los agricultores franceses.

Al igual que los galos, los alemanes también exigen a Olaf Scholz una reforma de la fiscalidad del diésel agrícola.

«Queremos que la Unión Europea adopte normas razonables, que sean aplicables en el sentido de nuestras prácticas agrícolas», defiende una agricultora en declaraciones a Le Figaro.