Attal propone una «excepción agrícola francesa» para adoptar medidas que acaben con las protestas sindicales

El primer ministro francés, Gabriel Attal, ha vuelto a ceder ante los sindicatos agrícolas que mantienen bloqueada París y varias ciudades europeas y ha propuesto una «excepción agrícola francesa» que permita no aplicar en Francia algunas de las regulaciones medioambientales de la Unión Europea.

Esa es, precisamente, una de las principales demandas de los agricultores franceses, que denuncian que las medidas medioambientales adoptadas en el seno del pacto verde europeo les aboca a la ruina.

En su discurso ante la Asamblea Nacional, Attal reivindicó de forma decidida la «soberanía agrícola francesa», un término con el que reivindicaría la capacidad de decisión del gobierno francés de medidas en materia agrícola de forma autónoma y en función de sus intereses nacionales.

«Queremos recuperar nuestro destino en nuestras propias manos», insistió Attal. «Hemos declarado una acción decidida por la soberanía agrícola de nuestro país». «Mi rumbo es claro: e de la soberanía y la independencia».

«Nuestra agricultura es motivo de orgullo, constituye uno de los fundamentos de nuestra identidad, con valores fundamentales: el valor del trabajo, el esfuerzo y la libertad de empresa», añadió en un discurso con numerosas críticas implícitas a la regulación europea.

Entre otras críticas, Gabriel Attal denunció el «amontonamiento de normas» que padece la actividad agrícola francesa.

Las palabras de Attal el mismo día en que el presidente francés, Emmanuel Macron, criticó a los que culpan a la Unión Europea de todos los errores que padecen los agricultores.

«Es fácil echarle la culpa de todo a Europa», criticó, para acto seguido recordar que sin la política agraria común muchos agricultores estarían en la ruina.