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Yemen

Los hutíes elevan el pulso contra EE.UU y amenazan con sabotear los cables submarinos del mar Rojo

Se calcula que estas aguas transportan alrededor del 17 % del tráfico mundial de internet a través de tuberías de fibra

Los rebeldes hutíes no se conforman con amenazar el comercio mundial, sino que ahora se han marcado un nuevo objetivo: los cables submarinos que recorren estas aguas y son fundamentales para el funcionamiento del internet y la transmisión de datos financieros.

Las alarmas saltaron tras la publicación de un mapa de estos cables en un canal de Telegram vinculado a los insurgentes yemeníes. La imagen iba acompañada de un mensaje: «Hay mapas de cables internacionales que conectan todas las regiones del mundo a través del mar. Parece que Yemen se encuentra en un lugar estratégico, ya que cerca de él pasan líneas de internet que conectan continentes enteros, no sólo países».

Las principales empresas de telecomunicaciones del país han asegurado que llevan años realizando grandes esfuerzos diplomáticos y legales para persuadir a las alianzas internacionales de que no tuvieran ningún trato con los hutíes, ya que proporcionaría a un grupo terrorista conocimientos sobre el funcionamiento de los cables submarinos.

Se calcula que el mar Rojo transporta alrededor del 17 % del tráfico mundial de internet a través de tuberías de fibra. En un comunicado, la Corporación General de Telecomunicaciones de Yemen condenó las amenazas de la milicia terrorista de atacar cables submarinos internacionales.

En la nota, afirman que hasta 16 de estos cables submarinos –que a menudo no son más gruesos que una manguera y son vulnerables a los daños causados por las anclas de los barcos y los terremotos– atraviesan el mar Rojo en dirección a Egipto. Uno de los más estratégicos es el AE-1 Asia-África-Europa, de 25.000 km, que va del sudeste asiático a Europa a través de estas aguas.

Los rebeldes yemeníes, sin embargo, continúan con su ofensiva y han anunciado que Estados Unidos y Reino Unido tendrán que «rendir cuentas» por los ataques contra su milicia.

«El problema entre Estados Unidos y nosotros es que han atacado nuestro país, y hasta ahora ha habido casi 300 ataques aéreos en nuestra tierra», señaló el viceministro de Exteriores de los hutíes, Husain al Ezzi, en una rueda de prensa en Saná, en la que avisó de que tendrán que pagar una «larga factura».

«Cada ataque está grabado en las mentes y los corazones de 40 millones de yemeníes. EE.UU. no puede escapar de él, no puede escapar de él», añadió.

Ezzi advirtió de que en su movimiento, respaldado por Irán y que controla amplias regiones del norte, centro y el oeste del Yemen, «no toleraremos cualquier ataque que sea dirigido contra el Yemen, incluso aquellos que sólo contaminaron el aire o levantaron polvo de nuestro país».

EE.UU. y Reino Unido han realizado varias oleadas de bombardeos contra supuestas posiciones de los hutíes con el objetivo de degradar su capacidad para evitar que sigan amenazando la navegación en el mar Rojo.

La tercera oleada de bombardeos en el marco de esa operación tuvo lugar el sábado contra instalaciones de almacenamiento subterráneo, comando y control, sistemas de misiles, sitios de operaciones y almacenamiento de drones, radares y helicópteros de los insurgentes yemeníes, según dijeron las autoridades estadounidenses.

«Tanto EE.UU. como Reino Unido deben estar preparados para rendir cuentas. Deben pagar un alto precio», recalcó Al Ezzi, y acusó a Washington de ser «la única amenaza a la navegación marítima» por «militarizar el mar Rojo».

El responsable hutí insistió en que «las agresiones» estadounidenses, o las que ese país lleva a cabo de forma separada, «contra Yemen, nunca afectará nuestra firme posición a favor de Gaza y Palestina».

«EE.UU. debería desesperarse de esto, porque no importa lo que haga, no importa cuántos ataques, no importa cuántos bombardeos (...) nunca abandonaremos Gaza», insistió.

Al Azzi también aseguró que los hutíes seguirán adelante con su plan de impedir la navegación en el mar Rojo de todos los barcos israelíes o vinculados con Israel, algo que calificó como «medida temporal hasta que termine la agresión (israelí) contra Gaza y se abran los cruces para el paso de alimentos y medicinas» al enclave palestino.