Un espía ruso infiltrado en el MI6 accedió al Reino Unido durante la evacuación de Kabul
El espía, de origen afgano, logró subirse a uno de los aviones de evacuación del personal local al servicio de la embajada británica durante la caída de Kabul en manos de los talibanes
El 15 de agosto de 2021 Kabul, la capital de Afganistán, caía en manos de los talibanes tras 20 años de ocupación estadounidense y el fracaso de un gobierno seudodemocrático y extremadamente corrupto sostenido por Washington.
Los islamistas, deseosos de tomar el poder, abrieron las puertas de par en par a los últimos soldados y funcionarios estadounidenses y occidentales.
La evacuación del personal extranjero se debía hacer con orden y bajo la protección de los «estudiosos del Corán», armados hasta los dientes con las armas de las descompuestas fuerzas regulares afganas armadas por el Pentágono.
Pese a la promesa de seguridad de los talibanes, la evacuación fue un caos. El aeropuerto de Kabul quedó bloqueado y miles de personas que trataban de huir de la venganza de los talibanes ocuparon la pista y bloquearon la salida de varios aviones.
En medio de ese caos, las cancillerías extranjeras trataron no solo de evacuar a su personal, sino también a sus traductores y colaboradores locales afganos, cuya cooperación con el ocupante equivalía a una sentencia de muerte por parte de los talibanes.
En ese contexto, los trabajos de filtraje se hicieron sin las necesarias medidas de control. Por ello, no es de extrañar que entre los afganos evacuados de Kabul en un avión de Reino Unido fuese, en realidad, un espía ruso.
Según publica el diario The Times, el supuesto refugiado afgano había sido excluido del traslado, inicialmente, por motivos de seguridad nacional. Sin embargo, finalmente, y por motivos que se están investigando, embarcó en el avión que lo llevó a territorio británico.
Las acusaciones de espionaje, de hecho, comenzaron a surgir en 2019. El presunto espía trabajaba para el ministerio de Asuntos Exteriores y tenía acceso a documentos ultrasecretos.
Debido a los indicios en su contra, se le privó de la ciudadanía británica y se le clasificó como riesgo para la seguridad nacional.
El presunto espía, identificado con el código C2, ha negado ser un espía ruso del GRU y está batallando en la justicia para que se le devuelva la ciudadanía británica.
El presunto espía C2 es natural de Afganistán. Llegó por primera vez a Reino Unido en el año 2000 como refugiado afgano y consiguió el asilo con información falsa. Ocultó, por ejemplo, que estaba casado con una mujer rusa y que había estado viviendo en Rusia.
Con todo, logró formarse como intérprete y se contratado por el Ministerio de Exteriores. Conoció a David Cameron, al Príncipe Guillermo y al entonces heredero a la corona, ahora Rey Carlos III.
Trabajó asimismo en agencias de inteligencia británicas –el GCHQ y el MI6– así como el Ministerio de Defensa.
Tras ser privado de la nacionalidad británica, permaneció en Kabul, hasta la llegada de los talibanes, cuando logró subirse a último de los últimos aviones que evacuó a los 15.000 intérpretes y colaboradores locales británicos.