Fundado en 1910
Dries y Eugenie Van Ag

Dries y Eugenie Van AgTwitter

La eutanasia simultánea del ex primer ministro Van Agt y su mujer exaltan la cultura de la muerte en los Países Bajos

En 2022, 8.720 personas (el 0,05 % de la población) murieron en los Países Bajos mediante el suicidio asistido

Andreas Dries para el gran público– Van Agt, primer ministro de los Países Bajos entre 1977 y 1982, y su mujer Eugenie Krekelberg pusieron fin a su paso por este mundo el pasado lunes en la ciudad de Nimega a través de una eutanasia simultánea.

Según comunicaron sus familiares, murieron «agarrados de las manos». Estaban casados desde 1958, eran padres de tres hijos y abuelos de siete nietos.

Se sabía que la salud del antiguo mandatario era delicada desde que en 2019 sufriera una hemorragia cerebral mientras pronunciaba un discurso. En relación con Krekelberg, en cambio, se ha sabido que el deterioro de su estado había sido bastante más acelerado.

Sea como fuere, el matrimonio Van Agt ha hecho lo mismo que hicieron 8.720 compatriotas suyos en 2022, lo que equivale al 0,05 % de la población, según las últimas estadísticas disponibles.

Los Países Bajos fueron, en 2002, el primer Estado occidental que legalizó la eutanasia en seis supuestos: el sufrimiento del paciente ha de ser insoportable y sin perspectivas de mejora, la petición de eutanasia del paciente debe ser voluntaria y persistir en el tiempo (no se puede conceder la petición cuando se encuentre bajo la influencia de otras personas, de una enfermedad psicológica o de drogas), el paciente debe ser plenamente consciente de su estado, perspectivas y opciones, debe haber una consulta con al menos otro médico independiente que confirme las condiciones antes mencionadas, el médico o el paciente deben llevar a cabo el fallecimiento de forma médicamente adecuada y el médico debe estar presente; por último, el paciente debe tener al menos 12 años, necesitando los pacientes de entre 12 y 16 años el consentimiento de sus padres. Además, a cualquier médico le asiste el derecho a la objeción de conciencia en cualquier hipótesis.

Lo más sorprendente en el caso de Van Agt es su condición de católico, fe de la que nunca renegó.

Hasta 1980, es decir, en mitad de su mandato como primer ministro, la democracia cristiana neerlandesa, a diferencia de la alemana, estaba escindida en dos partidos, uno calvinista y otro católico.

Algo comprensible en un país en el que hubo que esperar a 1918 para que un católico, Charles Ruijs de Beerenbrouck, pudiera acceder al cargo de primer ministro, tras siglos de discriminación institucional.

Durante casi siete décadas, calvinistas y católicos gobernaron en coalición, protagonizando etapas señeras de la historia contemporánea neerlandesa como la reconstrucción del país después de la Segunda Guerra Mundial, gestionando su etapa de mayor prosperidad, el afianzamiento de su compromiso atlantista, y los primeros pasos de la integración europea.

Entre las figuras católicas que protagonizaron esta etapa cabe destacar al primer ministro Piet De Jong y al titular, durante tres lustros, de la cartera de Asuntos Exteriores, Joseph Luns, muy crítico, a título personal, de la nueva orientación doctrinal de la Iglesia católica a partir del Concilio Vaticano II.

Van Agt era la figura de referencia de la siguiente generación, la que impulsó la fusión de ambas formaciones. El resultado fue el Llamamiento Democristiano, CDA en sus siglas neerlandesas, pieza clave de todos los gobiernos de los Países Bajos durante más de 25 años. Hoy, su importancia es marginal. Van Agt la abandonó en 2021.

Temas

comentarios
tracking