La sobrina de uno de los rehenes liberados: «Hay que sacar a nuestros seres queridos a cualquier precio»

Israel sigue celebrando la liberación de dos rehenes israelíes, durante la madrugada del lunes, en una operación especial del Ejército hebreo en la sureña ciudad de Rafah, en la Franja de Gaza. Pero este sentimiento de felicidad se entremezcla con la agonía de aquellos que todavía tienen a seres queridos retenidos por Hamás. Se calcula que la organización islamista palestina mantiene cautivos a 134 rehenes, de los cuales 31 estarían muertos.

Maayan Sigal, sobrina de Fernando Simón Marman, de 60 años, liberado hace apenas dos días, atiende a El Debate en medio de una ajetreada agenda en la que se debate entre atender a los medios de comunicación y recuperar el tiempo perdido con sus seres queridos. Su voz denota cansancio, pero también una emoción imposible de contener. Es consciente de que es una afortunada por poder contar su historia con final feliz. Su madre Clara Marman, de 63 años, también fue secuestrada el pasado 7 de octubre y liberada durante el único alto el fuego entre Israel el Hamás, en el mes de noviembre.

La propia Clara estuvo de visita en Madrid, donde este periódico pudo hablar con ella, para pedir a los países amigos una mayor implicación para conseguir la vuelta con vida de todos los cautivos. La mujer, de origen argentino, describió cómo fue extraída brutalmente por los terroristas de su casa, en el kibutz Nir Yitzhak. Junto a ella, también fueron tomados como rehenes su hermana Gabriela Leimberg, 59 años, su sobrina Mia Leimberg, 17, y su perrita, además de su pareja Norberto Luis Har, de 70, y Fernando. Estos dos últimos fueron rescatados durante la operación militar del pasado lunes.

La familia al completo se encuentra bien y recuperándose, pero los sentimientos no dejan de ser contradictorios. «Me duele pensar que yo tengo la oportunidad de abrazar a mi familia, pero otros no», confiesa Maayan, claramente emocionada. «Estoy enormemente agradecida a todos los que hicieron posible esta liberación». Luis y Fernando también han querido, personalmente, agradecer su labor a los militares que arriesgaron su vida para rescatarlos. En unas declaraciones a la televisión israelí, los hombres confesaron a los militares que «cada abrazo, cada palabra nos envolvió en afecto y en la sensación de que estábamos en casa».

–¿Cuándo supieron que los rehenes liberados eran Fernando y Luis?

–Hace dos días, a las 3 de la mañana, recibimos una llamada telefónica. Se trataba del oficial que lleva asistiéndonos desde el día de la masacre, él nos informó de que Fernando y Luis habían sido liberados por el Ejército y que ya se encontraban en Israel, pero que no podíamos hacerlo público hasta horas después. El oficial tuvo que repetirme la noticia varías veces, porque, al principio, me costó procesarlo. Fue una sorpresa total. En ese mismo momento nos pusimos camino del hospital.

–¿Cuál fue su primera impresión al verles tras 129 días secuestrados por Hamás?

–Vimos una delgadez extrema. También nos llamó mucho la atención la blancura de su piel. Es evidente que no han visto mucho el sol durante este tiempo. Pero lo positivo es que se sostenían con sus propias piernas, no estaban heridos, y por supuesto, están vivos. No paraba de repetir «no me lo puedo creer».

–¿Cómo se encuentran física y mentalmente?

–Físicamente están bien, recuperándose en el hospital. Mentalmente es pronto para saberlo, con el tiempo podremos saber más. Ahora mismo están rodeados de familia y amigos, el momento de la verdad será cuando estén solos. Llevará tiempo.

–¿Qué secuelas acarrea su madre? [Clara Marman estuvo también secuestrada por Hamás durante 53 días].

–Visita al psiquiatra de manera regular. Pero hasta ahora no se ha centrado mucho en ella, desde que salió de Gaza se ha volcado en conseguir la liberación de Fernando y Luis. Su recuperación empieza ahora.

–¿Qué os han podido contar de su cautiverio? ¿En qué condiciones estaban?

–Todavía no me permiten hablar de dónde estuvieron. Lo que sí puedo decir es que estaban en el mismo lugar donde estuvo mi madre. Fernando y Luis estuvieron juntos todo el tiempo y gracias a eso tuvieron la suficiente fuerza mental para resistir.

–¿Qué cuentan de la operación militar de rescate?

–Les vieron como ángeles [a los soldados israelíes]. No cuenta mucho, porque no saben cómo fue exactamente. Recuerdan que les llamaron por sus nombres, en hebreo, y supieron que tenían que correr y cogerles de las manos. Sintieron que en ese momento ya nos les podía pasar nada malo, que ya estaban en casa.

Hamás tiene cautivos tanto a los israelíes como a los civiles palestinos de GazaMaayan SigalFamiliar de rehenes liberados

Me emociona mucho contar cómo les trataron los soldados, con mucho respeto y calidez. El encuentro con los soldados fue muy bonito, como también lo fue con la familia.

–¿Qué piensan cuando se conoce que en la operación militar que salvó a Fernando y a Luis también murieron 60 palestinos?

–Me duelen mucho las muertes de los civiles palestinos. Ojalá que todo esto no hubiera empezado. Hamás tiene cautivos tanto a los israelíes como a los civiles palestinos de Gaza. No es solo la masacre que hicieron en Israel, también matan a su propia población y no sé cómo ayudarles. Solo espero que puedan tener otro Gobierno y puedan empezar de nuevo y volver a su vida.

–¿Qué mensaje manda a las familias que aún tienen seres queridos secuestrados?

–Que tengan mucha fe, que todavía es posible salvarlos. No puedo más que darles mucha fuerza y espero que pronto puedan abrazar a sus seres queridos.

–¿Apoya un alto el fuego por encima de todo?

–Solo quiero que todos salgan con vida de Gaza. Es lo único que me importa de verdad. Hay que sacar a nuestros seres queridos a cualquier precio. Cualquiera que hubiera tenido a un familiar secuestrado por Hamás pensaría igual que yo.

–¿Cómo ve el futuro?

–Quiero luchar por la paz y que termine la guerra lo antes posible. Pero, ante todo, que liberen a los secuestrados y después, ojalá, podamos vivir en paz, convivir todos juntos. Ojalá que, por fin, termine esta vida de guerras.