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Militares ucranianos de las Fuerzas de Asalto AéreoAFP

Rusia se apunta una gran victoria tras la retirada de las fuerzas ucranianas de la disputada ciudad de Avdivka

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, asegura que pesa más la intención de «salvar las vidas» de sus soldados

Rusia no ceja en su campaña militar sobre Ucrania y, hoy, el Ejército del Kremlin ha logrado su mayor victoria en un año. Ucrania ha anunciado que se ha retirado de la disputada ciudad de Avdivka, que en los últimos meses se ha convertido en escenario de cruentas batallas en el frente oriental de la guerra. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha asegurado que esta retirada responde a un intento de «salvar las vidas» de sus soldados.

«Para evitar verse rodeados, se decidió la retirada a otras líneas. Esto no significa que se retiraran unos kilómetros y Rusia capturara algo, no capturó nada», afirmó en la Conferencia de Seguridad de Múnich, que está teniendo lugar este fin de semana en el sur de Alemania. «Para nosotros, la capacidad de salvar a nuestro pueblo es la tarea más importante», subrayó Zelenski.

Moscú, sin embargo, ve en esta retirada un claro signo de debilidad de las tropas de Kiev y mantiene su avance sobre la ciudad y ha intensificado en las últimas horas los ataques aéreos y de artillería sobre Avdivka. Rusia asegura que ha conseguido cercar a las fuerzas ucranianas en el centro y sur de la ciudad. Esta urbe, aunque carece de importancia estratégica, supone una victoria tangible para el Kremlin, desde la toma de Bajmut, el pasado año.

En los últimos días, Ucrania había enviado refuerzos al frente, pero los comandantes de las brigadas que luchaban en el interior de la Avdivka reconocieron que era difícil mantener el control de la ciudad porque los rusos lanzaban cada vez más hombres al combate e intentaban cortar las líneas de suministro y comunicación de las fuerzas ucranianas. El Ejército del Kremlin ha llevado a cabo hasta 20 ataques aéreos y más de 150 ataques de artillería en la zona en las últimas 24 horas, según ha asegurado el comandante de las fuerzas del sur de Ucrania, Oleksandr Tarnavskyi, en un post de Telegram el viernes, añadiendo que los rusos estaban «prácticamente borrando la ciudad de la faz de la tierra».

Un duro golpe para Kiev que se produce pocos días después de que el nuevo jefe militar de Ucrania, Oleksandr Syrskyi, y el ministro de Defensa, Rustem Umerov, visitaran las líneas del frente en Avdivka, comprometiéndose a enviar refuerzos para "impedir que el enemigo avance más profundamente en nuestro territorio”. El presidente ruso, Vladimir Putin, necesitaba una gran victoria en Ucrania de cara a las elecciones presidenciales de este mes de marzo.

La toma de Avdivka refuerza la postura del líder que no tiene rivales que amenacen su poder. El único adversario de Putin falleció ayer en extrañas circunstancias en la cárcel en la que cumplía una larga condena. Alexéi Navalni, quien se atrevió a destapar la corrupción del Kremlin, había hecho pública su intención de presentarse como candidato a los comicios. La fuerza del disidente para plantar cara al mandatario ruso ha acabado con su vida.

Putin ya no tiene rivales y esta muerte también es un mensaje para Occidente, y Zelenski en particular. Nada ni nadie detendrá al mandatario ruso, mantendrá su ofensiva en Ucrania hasta que considere que ha logrado sus objetivos en el campo de batalla. La toma de Avdivka se enmarca en una renovada ofensiva rusa en gran parte de la línea del frente, con intensos combates en el noreste a lo largo de un tramo de territorio en el que confluyen las regiones de Járkov y Lugansk.

Aunque Moscú no ha logrado grandes avances en esta zona, sí ha obligado a las tropas ucranianas a retroceder en algunos de los territorios que había reconquistado en su exitoso avance a finales del verano de 2022. El Kremlin sabe que Ucrania acusa una falta de municiones esenciales para sus tropas, con la ayuda de su principal aliado –Estados Unidos– en el aire. Una situación complicada, que las tropas rusas han sabido sacar partido.