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El primer ministro palestino Mohammad Shtayyeh en el momento de anunciar su dimisión y la de su gobierno en Ramallah

El primer ministro palestino Mohammad Shtayyeh en el momento de anunciar su dimisión y la de su gobierno en RamallahAFP

La sombra de EE.UU. tras la dimisión del gobierno palestino: ¿última carta antes del asalto final israelí?

Los negociadores trabajan a contrarreloj para lograr un alto el fuego antes de que Israel se lance sobre Rafah

El lunes dimitía en bloque todo el gobierno palestino encabezado por Mohammad Shatayyeh: «Presenté la renuncia del gobierno ante el señor presidente Mahmud Abás el pasado martes 20 de febrero y hoy la he entregado por escrito».

Son necesarios «nuevos acuerdos gubernamentales y políticos que tengan en cuenta la nueva realidad de la franja de Gaza, las conversaciones de unidad nacional y la necesidad urgente de alcanzar un consenso entre palestinos que se sostenga sobre una base nacional», fue el escrito presentado ante el presidente palestino el primer ministro del partido Fatah.

¿Qué esconde esta extraña dimisión y, sobre todo, qué quiere decir con «la nueva realidad de la franja» más allá de la actual guerra en Gaza?

La dimisión pone fin al ciclo político abierto en los territorios palestinos en 2006, cuando Hamás obtuvo una victoria sin precedentes en las legislativas y se hizo con el control total de Gaza un año después.

Hasta entonces Fatah, gracias al poder incontestable de Yasir Arafat, había controlado la Autoridad Nacional Palestina (ANP) tanto en Gaza como en Cisjordania.

A partir de 2007, Fatah actuó como gobierno en Cisjordania con Mahmud Abás como presidente, mientras que en Gaza Hamás instauró una teocracia islamista en permanente estado de guerra contra Israel.

El plan de EE.UU.

La dimisión del gobierno de Fatah en Cisjordania formaría parte del plan de Estados Unidos para una Palestina libre del terrorismo de Hamás cuando finalice la guerra.

La dimisión del gobierno sería el primer paso para el establecimiento de un nuevo gobierno palestino renovado con autoridad tanto en los territorios de la ANP en Cisjordania como en Gaza.

Oficialmente, Israel se opone a que Fatah tome las riendas en Gaza y, sobre todo, a que se establezca un Estado palestino soberano e internacionalmente reconocido.

El plan del gobierno de Bejamin Netanyahu pasa por ceder el control de la franja a una autoridad local gazatí donde la seguridad correría a cargo de las Fuerzas de Defensa de Israel.

La fórmula definitiva promovida por Estados Unidos, sin embargo, podría ser una vía intermedia.

En cualquier caso, los promotores del plan de paz están acelerando el pazo y buscan un acuerdo definitivo antes del 11 de marzo, cuando comience el Ramadán.

Las negociaciones avanzan a contrarreloj. Israel ultima sus planes de ofensiva terrestre sobre Rafah, donde se han refugiado casi un millón y medio de gazatíes procedentes del norte.

Israel ha anunciado planes de evacuación de la población civil, pero no ofreció detalles. Lo único claro es que Netanyahu ha desdeñado las presiones de su aliado estadounidense y está decidido a aniquilar el último bastión de Hamás en Gaza.

«No podemos dejar cuatro batallones de Hamás», afirmó, a la vez que llamaba a acabar el trabajo en Gaza.

En medio de las negociaciones, como ha sido habitual desde el inicio de la crisis el 7 de octubre de 2023, se encuentra Qatar, aliado, por otro lado, del grupo terrorista Hamás.

El ministro de Exteriores, Majed al Ansari, adelantó que tal vez el miércoles o el jueves podría anunciarse un principio de acuerdo.

También se mostró optimista el presidente de Estados Unidos, Joe Biden: «Mi esperanza es que el próximo lunes tengamos el alto el fuego», anunció.

Pero ¿en qué consiste la tregua? Sería un alto el fuego de 40 días durante los cuales se intercambiarían a 40 rehenes israelíes secuestrados durante los ataques terroristas del 7 de octubre, por 400 palestinos encarcelados en Israel.

El acuerdo implicaría también el regreso de los desplazados palestinos al norte de Gaza, ahora mismo bajo control del Ejército israelí, y el acceso de 500 camiones al día con ayuda humanitaria.

El optimismo de Biden y del ministro de Exteriores qatarí contrasta con la decisión de Israel. El gobierno de Netanyahu no ha hecho ninguna valoración, pero la postura israelí hasta ahora apunta a que para Israel el tiempo de la negociación ya ha terminado.

Para las Fuerzas de Defensa de Israel ahora es el momento de la victoria, y eso pasa por el asalto de Rafah. Después, llegará el momento de la paz, una paz diseñada e impuesta por Israel, sin intermediarios qataríes.

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