Macron y su obsesión con el aborto hipoteca el futuro de Francia al blindarlo en la Constitución
Francia registró 234.300 abortos en un solo año en 2022, según datos del gobierno francés
Superados los escollos de la Asamblea Nacional y del Senado, al presidente francés Emmanuel Macron ya solo le queda la sesión solemne del Congreso de Versalles –la reunión de ambas cámaras junto al suntuoso palacio real de Luis XIV– para incluir el «derecho al aborto» en la Constitución francesa y dejarlo así blindado de cara al futuro.
El mismo ministro de Justicia francés, Éric Dupond-Moretti, reconoció, en respuesta a los reparos expuestos por algunos senadores franceses sobre las consecuencias para la libertad de conciencia que incluir el aborto en la Constitución pudiera acarrear, que con esta medida «el gobierno quiere impedir que una futura mayoría socave la libertad de las mujeres de controlar sus cuerpos».
En definitiva, la gran obsesión de Macron al impulsar esta reforma constitucional era, es y seguirá siendo impedir que un futuro gobierno provida pueda adoptar legítimas medidas en contra del aborto, o al menos limitarlo.
La habilidad dialéctica de Dupond-Moretti, sin embargo, logró transmitir la idea de que la ley era garantista para las libertades de aquellos que se opongan al aborto: «Este texto de compromiso no tiene efectos secundarios», aseguró en el Senado. «El Gobierno no pretende crear un derecho absoluto», aseguró.
Finalmente, el texto se aprobó en el Senado con 267 votos a favor y 50 en contra, lo que significa que gran parte de los senadores de derechas votaron a favor de blindar el aborto en la Constitución.
En un mensaje en Twitter tras la votación, Macron aseguró con orgullo que está «comprometido a hacer irreversible la libertad de las mujeres para abortar, consagrándola en la Constitución».
A lo largo de sus sucesivos mandatos, Macron mostró una obsesión con el aborto, con promocionarlo y blindarlo tanto en Francia como en la Unión Europea.
En enero de 2022, durante la presidencia francesa del Consejo de la Unión Europea, propuso incluir el aborto en la Carta de Derechos de la Unión Europea como derecho fundamental, al mismo nivel que el derecho a la vida.
Según datos proporcionados por el gobierno francés, en 2022 se ejecutaron 234.300 abortos en Francia. La cifra más alta desde 1990. El aborto es legal en Francia desde 1975.
El Parlamento Europeo votó a favor en julio de 2022, a instancias de la presidencia española de la Unión Europea, sucesora de la francesa, a incluir el aborto en la Carta de Derechos Fundamentales.
La medida, sin embargo, no es tan fácil, ya que hace falta la unanimidad de los Estados miembro, por lo que la propuesta sigue bloqueada.