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El alto representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea, Josep BorrellAFP

La Unión Europea busca reforzar su industria militar para reducir la dependencia de EE.UU.

La Comisión propone impulsar con al menos 1.500 millones de euros este sector

Europa ha visto los colmillos al lobo y tras dos años de agresión rusa contra Ucrania, Bruselas quiere reforzar su capacidad industrial militar. La guerra en el corazón del Viejo Continente ha dejado en evidencia la falta de arsenal europeo y el poco margen de reacción de la industria europea ante una agresión contra su territorio. La posible vuelta de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos ha despertado los miedos de la dependencia europea de Washington.

Por ello, la Comisión Europea (CE), el órgano Ejecutivo de la Unión Europea, ha aprovechado esta delicada situación para presentar su primera estrategia industrial de defensa a nivel comunitario, así como un nuevo programa para la industria de este sector. «La brutal guerra de agresión de Rusia contra Ucrania ha devuelto la guerra de alta intensidad a Europa. Tras décadas de infrautilización, debemos invertir más en defensa, pero tenemos que hacerlo mejor y juntos», ha asegurado el alto representante de la UE, Josep Borrell.

Este plan propone impulsar con al menos 1.500 millones de euros del presupuesto de la UE durante el período 2025-2027 para la industria militar europea. Con el fin de preparar mejor militarmente a la Unión ante amenazas la Comisión presentó hoy dos nuevos instrumentos para mejorar la preparación militar de la UE: una Estrategia Industrial Europea de Defensa (EDIS) y un Programa Europeo Industrial de Defensa (EDIP).

La estrategia, la primera centrada en la industria militar de la UE, pretende instaurar una visión a largo plazo propia aunque defiende la cooperación con socios como la OTAN. «No tenemos un Pentágono en Europa, no tenemos una institución con gran capacidad de compra (...), pero tenemos que cooperar y coordinar la forma en la que reaccionan los Estados miembros», subrayó Borrell, remarcando las diferencias entre la UE y Estados Unidos.

La estrategia plantea que los países deben adquirir al menos el 40 % de los equipos de defensa de forma colaborativa de aquí a 2030; garantizar que el valor del comercio de defensa dentro de la UE represente al menos el 35 % del valor del mercado de defensa de la Unión y, por último, avanzar constantemente hacia la contratación pública de al menos el 50 % de su presupuesto de contratación pública en materia de defensa dentro de la UE de aquí a 2030 y el 60 % de aquí a 2035.

«Con nuestra nueva estrategia de defensa industrial, la Unión establece una visión clara para mejorar nuestra preparación industrial en materia de defensa», ha explicado el comisario responsable de Mercado Interior de la UE, Thierry Breton.

Más allá de preparar a la UE ante futuras amenazas, otro de los pilares del plan es el de incrementar el apoyo a Ucrania en la guerra contra Rusia, aumentando su colaboración con la industria europea, casi como si fuera un Estado miembro más, según han apuntado fuentes comunitarias.

De hecho, para fomentar esta colaboración y facilitar que la industria militar ucraniana se familiarice con los estándares comunitarios, la Comisión Europea tiene previsto abrir una oficina de innovación en Kiev.

Bruselas también abrió hoy la puerta a que los beneficios extraordinarios de los fondos rusos que la UE ha congelado desde el inicio de la guerra puedan utilizarse para apoyar militarmente a Ucrania.

El objetivo del EDIP es prolongar los objetivos de dos normativas actualmente en vigor, la Ley de Apoyo a la Producción de Municiones (ASAP) y la Ley de Refuerzo Industrial de la Defensa Europea a través de la Contratación Pública (EDIRPA), que vencen a mediados de 2025.

Para fomentar las inversiones, el EDIP movilizará 1.500 millones de euros del presupuesto de la UE durante el periodo 2025-2027, y buscará ingresos adicionales para que las empresas, y en especial las pymes, se adelanten a los pedidos para iniciar la producción.

En ese contexto, Bruselas ve necesario que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) cambie su política de préstamos para que la industria militar se beneficie de ellos.

El programa introduce un nuevo marco regulador que introduce la posibilidad de exenciones del IVA y un proyecto piloto de un mecanismo europeo de ventas militares –con un catálogo actualizado de productos de defensa para aumentar su disponibilidad y acelerar el plazo de entrega–, y prevé una junta de control en la que estarán el alto representante y los Estados miembros.

La Comisión ha dejado claro que los fondos comunitarios no se van a utilizar para comprar armas sino para mejorar la base industrial y tecnológica de la UE, y que las propuestas van en línea con los tratados europeos sin inmiscuirse en las competencias de los Estados.