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AnálisisJosé María Ballester Esquivias

André Ventura, el líder de Chega que impulsa su popularidad en las tertulias futbolísticas

Su progresión en las encuestas es lenta, pero constante, lo suficiente para negociar en posición de fuerza con Luis Montenegro, líder de la centro derecha, un nuevo Gobierno en Portugal

Andre Ventura, líder del partido ChegaAFP

El partido de André Claro Amaral Ventura tiene por sí solo tanto peso en las encuestas como los cuatro partidos que le siguen. Además, desde hace un año, su progresión en las encuestas es lenta, pero constante. Este domingo obtendrá un 15 % de los votos, como mínimo. Puede que un punto o dos más. Querría más, pero le permitirá negociar en posición de fuerza con Luis Montenegro, líder de la coalición de centro derecha, conformada por el Partido Socialdemócrata y el Centro Democrático y Social, que espera volver al poder tras una terapia de oposición que dura ya ocho años.

¿La receta de Chega (basta), el partido que Ventura fundó en 2019? Como las de sus partidos hermanos en Europa, promueve una mezcla de valores tradicionales, crítica al sistema, a la inmigración y a las minorías. En este último caso, llega incluso al exabrupto: por ejemplo, hace unos años con el futbolista Ricardo Quaresma, defensor confeso de las minorías en Portugal. Ventura elevó el tono a principios de 2020, cuando Joacine Moreira, diputada originaria de Guinea-Bissau, defendió la devolución de obras de arte a las antiguas colonias. Ventura replicó que su colega también fuera «devuelta a su país de origen». Tuvo que dar marcha atrás.

Abogado de formación, doctor en Derecho por la Universidad de Cork (Irlanda), Ventura fue contactado en 2014 por el canal televisivo Cmtv como experto de un programa sobre crímenes de famosos. La experiencia dio resultado, convirtiéndose el futuro político en un consultor clave en los programas deportivos. Con sus peroratas y diatribas defendiendo al Benfica y criticando a sus rivales, el Sporting de Lisboa y el FC Porto, Ventura logró hacerse un nombre.

De la popularidad televisiva a la acción política pasando por el deporte, sobre todo por los tiempos que corren, solo media un trecho: en 2016, Ventura evocó la posibilidad de presentarse a la presidencia del Benfica, pero cambió de opinión y apoyó la reelección de Luís Filipe Vieira. Mas el fútbol dio a André Ventura un perfil alto, que utilizó para salir de su anonimato político. Un año después, el comentarista deportivo aprovechó su fama para ser designado candidato del Psd en las elecciones municipales de Loures, a las afueras de Lisboa. Severamente derrotado, sólo llegó a concejal y se fue distanciando poco a poco del partido de centro derecha.

Este episodio marcó una derrota política para André Ventura. No tanto una derrota mediática. Fue entonces cuando atacó por primera vez a la comunidad gitana, acusándola de vivir del Estado. Desde entonces, ha ampliado su discurso a una política global contra la inmigración.

El político y comentarista consolidó su discurso, creó su Chega («basta» en portugés) y se presentó a las presidenciales. Pese a que el presidente saliente, el muy popular Marcelo Rebelo De Sousa fue reelegido en la primera vuelta, Ventura sacó un honorable 11 %. Fue el verdadero inicio de la epopeya de Chega. Por primera vez desde que cayera la dictadura en 1974 –Ventura nació en 1983–, un partido y un personaje sacudían para siempre los complejos del Portugal conservador.

Chega empezó, por tanto, a despuntar casi al mismo tiempo que Vox. Mas hubo un rifirrafe entre ambas formaciones cuando desde el partido que preside Santiago Abascal se proyectó un mapa de España que abarcaba a Portugal. Hoy en día, las relaciones son apaciguadas y cordiales: hace unos días, Abascal habló en un mitin de Ventura. Aunque persiste la diferencia de afiliación europea, pues mientras los eurodiputados de Chega se sientan en Bruselas en el grupo Identidad y Democracia, los de Vox lo hacen en las filas de los Conservadores y Reformistas Europeos. ¿Qué pasará el 9 de junio, día de las elecciones a la Eurocámara? Quizá un primer esbozo de respuesta se pueda conocer hoy en los comicios nacionales portugueses.