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El centroderecha gana las elecciones en Portugal y tendrá la oportunidad de formar Gobierno

Luis Montenegro, de Alianza Democrática gana por la mínima a Pedro Nuno Santos, del Partido Socialista, aunque el parlamento ha dado un claro giro hacia la derecha

Los socialistas portugueses han pagado caro los escándalos de corrupción del Gobierno de António Costa. El pueblo de Portugal ha otorgado la victoria a la coalición de centroderecha Alianza Democrática (AD), liderada por Luís Montenegro, que ha conseguido el 29,54 % de los votos y 79 escaños. Le sigue de cerca el Partido Socialista con el 28,67 % de los sufragios y 76 escaños, aunque sin posibilidades de formar Gobierno y con una bajada de 44 diputados respecto a las elecciones anteriores.

El tercer partido ha sido Chega, de André Ventura, a la derecha de Alianza Democrática (AD) y considerado de ultraderecha por algunas fuerzas políticas. Con el 18,25 % de las papeletas ha sido uno de las grandes ganadores de la noche, pues tendrá en su mano la formación de Gobierno. Ventura ya ha tendido la mano a Montenegro para formar un gobierno de derechas y «estable» aunque no está del todo claro que el líder de AD vaya a aceptar la propuesta.

Ahora mismo, lo único que se sabe es que Alianza Democrática y Chega son los únicos que cuentan con la suma de la mayoría absoluta. Solo ellos podrían formar un Gobierno estable y sacar adelante la legislatura. La otra opción sería que los socialistas permitan a Luís Montenegro gobernar en minoría, algo que no han descartado durante la campaña, pero que tiene la complejidad de que luego Montenegro tendrá difícil llevar a cabo su programa.

Por el momento, y a diferencia de lo que sucedió en España tras el 23-J, parece que es la opción más probable, ya que Montenegro se comprometió el pasado mes de abril a no gobernar junto a Chega, algo que ha vuelto a hacer en la noche electoral, y los socialistas ya hablan de «asumir su papel de hacer una dura oposición». Prácticamente todos los pesos pesados del partido –incluido el candidato a primer ministro, Pedro Nuno Santos– ya reconocen su derrota y el papel que tendrán los próximos años. Únicamente António Costa habla de «un empate» y de que «hasta dentro de unos días no se conocerá el resultado final».

La clave de las elecciones

A pesar de que la coalición de centroderecha y los socialistas están prácticamente empatados, es evidente que los portugueses han expresado en las urnas su voluntad de un cambio. La subida de Chega hasta los 48 escaños –tuvo 12 en 2022– confirma el giro a la derecha del país y la necesidad de un Gobierno diferente, por lo que no se puede ignorar a los más de un millón de portugueses que se han decantado por la lista liderada por André Ventura.

De hecho, Chega es quien más ha subido en estos comicios. AD únicamente ha subido un 0,8 % respecto a 2022 y ha logrado la victoria por todo lo que se ha dejado el Partido Socialista. Es en la formación de André Ventura donde se refleja el gran descontento que hay con el Gobierno de António Costa. De hecho, en Faro han sido la formación más votada.

Eso sí, el gran resultado de este partido también ha tenido que ver en la movilización final de parte del electorado socialista. Las primeras encuestas daban un peor resultado al PS, pero la subida de Chega también ha hecho que muchos portugueses contrarios a estas políticas terminen votando con desgana a Pedro Nuno Santos (sucesor de Costa).

António Costa responde a preguntas de los periodistas, durante la noche electoral de este 10 de marzoAFP

El actual líder de los socialistas ya ha asegurado que «no obstaculizarán la solución gubernamental» y tiene claro que no puede buscar una fórmula mágica para alcanzar el poder. El bloque del centroderecha ha ganado las elecciones y todo lo que no sea un Gobierno liderado por Alianza Democrática es ir contra la voluntad del pueblo. No obstante, afirma que «no apoyará el Gobierno de AD», aunque seguramente no lo bloquee.

Por ello, no se sabe todavía es cual será la fórmula elegida para formar Gobierno. André Ventura reclama un hueco para Chega aunque no exige entrar en el Gobierno, mientras que la izquierda buscará hacer todo lo posible por aislarlo. Es pronto aún para saber lo que ocurrirá porque falta por conocer el voto extranjero –que puede ser decisivo– en unas elecciones donde el 33,76 % de los portugueses se abstuvieron. Una cifra mucho menor que el 47,81 % que no fue a las urnas en 2022 y que evidencia que los portugueses querían un cambio.