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Pilotos llevan un dron en un campo de entrenamiento en la región de KievAFP

Voluntarios rusos anti Putin se infiltran en Rusia en un triple ataque con vehículos blindados

Decenas de aviones no tripulados ucranianos han atacado el país vecino durante la madrugada

La historia vuelve a repetirse. Rusia ya sufrió un ataque de estas dimensiones el pasado mes de mayo y, 20 meses después, los voluntarios rusos que luchan en Ucrania contra el Ejército ruso han vuelto a protagonizar una incursión contra este territorio. La Legión Libertad de Rusia anunció, a través de un vídeo, que había lanzado un ataque transfronterizo contra las regiones rusas de Bélgorod y Kursk, y que ya tendrían el control de la zona de Odnorobivka, cerca de Járkov.

Varias columnas de blindados burlaban, esta madrugada, a las Fuerzas rusas y entraban, sin aparente oposición, a la Federación Rusa, dejando en evidencia las grietas del Ejército ruso y poniendo contra las cuerdas al presidente ruso, Vladimir Putin, a escasos días de unas elecciones presidenciales, que solo servirán para apuntalar su liderazgo en el Kremlin. Entre los grupos que han participado en este asalto, además de la Legión Libertad de Rusia, se encuentran el Cuerpo de Voluntarios Rusos y el batallón Siberiano.

Las diferencias ideológicas entre estos grupos son abismales, pero a todos ellos les une el fuerte odio que profesan hacia el régimen de Putin. La Legión de la Libertad de Rusia ha reivindicado la destrucción de un vehículo militar blindado ruso y ha señalado que «el ejército de Putin escapa rápidamente de la aldea, abandonando posiciones y dejando atrás equipamiento pesado».

Un representante del grupo armado ha confirmado al diario ucraniano Kyiv Post que se estaban produciendo combates en suelo ruso. Rusia, por su parte, reconoce el ataque, pero le quita importancia. Según un comunicado del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB), citado por la agencia oficial de noticias TASS, «gracias a las acciones de los militares rusos, todos los ataques fueron repelidos».

Sin embargo, publicaciones rusas en redes sociales demuestran que el asentamiento fronterizo de Lozovaya Rudka, en la región de Bélgorod, estaría bajo control de voluntarios rusos, así como la aldea de Tetkino, en Kursk . Una información que ha confirmado el exdiputado de la Duma Estatal rusa, Ilya Ponomaryev, a los medios ucranianos. Ucrania se desvincula de estos ataques y defiende que los voluntarios rusos actúan de forman autónoma.

El Kremlin ha reconocido que desde el pasado 10 de marzo, Rusia ha sufrido «varios intentos de violar la frontera estatal rusa» en las regiones de Bélgorod y Kursk. Pero que todos estos ataques han sido frustrados por fuerzas regulares rusas. Desde Moscú insisten en que en ningún momento estos voluntarios rusos han conseguido entrar en su territorio y han cifrado en 60 los efectivos ucranianos muertos en la zona de Odnorobivka, cerca de la castigada ciudad de Járkov.

Rusia tampoco ha vivido su mejor noche. Decenas de aviones no tripulados ucranianos han atacado el país vecino. Dos de estos drones impactaron contra las refinerías de Nizhny Novgorod y Voronezh. El Ministerio de Defensa ruso detectó la presencia de hasta 25 drones ucranianos en siete regiones, incluida la de Moscú. A todo esto, hay que sumar la caída de un avión ruso de transporte militar Il-76 con 15 personas a bordo, por un supuesto incendio declarado en uno de los motores del aparato.