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Un enorme cartel digital muestra al presidente ruso y candidato presidencial Vladimir Putin en San Petersburgo, Rusia

Un enorme cartel digital muestra al presidente ruso y candidato presidencial Vladimir Putin en San Petersburgo, RusiaEFE

Elecciones en Rusia

«Mediodía contra Putin»: la campaña de Navalni para boicotear las elecciones de Rusia

El equipo del fallecido opositor ruso ha llamado a la población a que se presente en masa el domingo a las 12 del mediodía y que voten contra el presidente

Las 'elecciones' en Rusia para perpetuar, en un quinto mandato, a Vladimir Putin empiezan de manera oficial este viernes 15 de marzo y se alargarán hasta el domingo 17, durante estos tres días se abrirán los colegios electorales de todo el país. Los comicios no son más que una cortina de humo para otorgar una apariencia de democracia a un régimen que se ha plegado a los designios del eterno presidente Putin. Los supuestos rivales del mandatario solo aspiran a migajas.

Los sondeos vaticinan que entre los tres no llegarían ni a reunir el 17 % de los votos. El opositor ruso, Alexéi Navalni, el único que realmente podría haber puesto contra las cuerdas a Putin en los comicios, ideó un plan para boicotear las elecciones, antes de morir, en extrañas circunstancias, en la cárcel del Ártico en la que cumplía condena por destapar la corrupción del régimen.

El plan fue bautizado como «Mediodía contra Putin». Ya el pasado 1 de febrero, 15 días antes de que los servicios penitenciaros rusos informaran de su muerte, Navalni, a través de su cuenta de X, antes Twitter, llamó a los rusos antiPutin a ir juntos a los colegios electorales a las 12 del mediodía. «Eso podría ser una fuerte demostración del sentimiento nacional. Los votantes reales frente a la ficción del voto electrónico. Gente real haciendo cola para votar contra Putin, frente a los falsos y fraudulentos votos del ‘sí’», defendió el disidente ruso.

La introducción del voto electrónico ha sido ampliamente criticada por la oposición rusa debido a la opacidad del recuento. Por ello, Navalni esperaba que este movimiento se convirtiera en una acción de protesta a escala nacional. «No hay manera de detener esta acción. ¿Qué pueden hacer? ¿Cerrarán los colegios electorales a las 12 del mediodía? ¿Organizarán una acción de apoyo a Putin a las 10 de la mañana? ¿Registrarán a todos los que vinieron a mediodía y los incluirán en la lista de personas poco fiables?», escribió hace ya más de un mes el ahora fallecido disidente ruso.

Para Navalni su campaña de «Mediodía contra Putin» reunía «a la perfección» todos los componentes. «Voto, agitación, presencia física y solidaridad con los que estarán contigo en el colegio electoral a esa hora», explicó. Días después, el opositor ruso moría en la temida colonial penal IK-3, según las autoridades rusas, por causas naturales. Una afirmación que su familia y entorno niegan y culpan directamente a Putin de matarlo con la ayuda del agente nervioso Novichok. Un método que el Kremlin ya intentó en 2020, pero fracasó. La campaña, liderada por Navalni que también anunció su candidatura para las elecciones presidenciales, se mantiene viva. Su viuda, Yulia Navalnaya, ha ocupado su lugar y se ha convertido en el nuevo azote de Putin.

Navalnaya ha cogido el testigo de su marido. En un vídeo, colgado en el canal de YouTube de Navalni, su viuda volvió a pedir a los rusos que acudieran a votar en masa el domingo 17 de marzo a mediodía. «Podéis estropear la papeleta. Podéis escribir con letras grandes Navalni. Si no veis sentido en votar, podéis acudir al colegio electoral, estar allí un rato, luego dar la vuelta y marcharse a casa», sugirió Navalnaya. En un artículo en The Washington Post, titulado Putin no es un político, es un gángster, confiesa que negarse a reconocer los resultados de las elecciones no conducirá al colapso instantáneo del Gobierno de Putin, pero, explica, «sería una señal importante para la sociedad civil rusa y las élites aún leales a Putin, así como para el mundo, de que Rusia no está gobernada por un presidente reconocido por todos, sino por alguien a quien desprecian y condenan públicamente».

Su equipo publicó ayer, un día antes del inicio de las elecciones, un vídeo en el que explicaban más detenidamente en qué consiste exactamente el plan «Mediodía contra Putin», ideado por Navalni. La portavoz del disidente ruso, Kira Yarmysh, anunció la creación de una aplicación basada en el Principio de Incertidumbre de Heisenberg, con el que pretenden boicotear el sistema electoral ruso. Esta app, disponible para móviles, funciona enviando fotones, partículas individuales de luz, a un espejo translúcido que hay en él, y determina a quién votar de las tres opciones que no son Putin.

«Cuando pulses el botón «votar», el dispositivo disparará fotones al espejo. Necesitarás dos fotones para seleccionar una de las cuatro posiciones: pueden formar cuatro combinaciones de ceros y unos. El que consigas determinará cuál de las opciones es la tuya», explicó el equipo de Navalni. A pesar de todos estos intentos por parte de la oposición rusa para amargar el día al mandatario ruso, el ambiente represivo se ha impuesto en el país. Una joven rusa, que prefiere mantenerse en el anonimato, confiesa a El Debate que con su familia no habla de las elecciones.

«Saben que el Gobierno va a 'dibujar' los resultados que quiere, por lo cual sospecho que ni van a ir a votar», asegura. En cuanto a la campaña «Mediodía contra Putin», cree que tendrá más efecto en las embajadas que dentro del país. «No creo que influya en los resultados de elecciones. Igual sirve para que la gente vea que no está sola en la oposición, pero después del funeral de Navalni empezaron a presionar a la gente», explica a este periódico. Ella misma hace mucho que ya perdió la fe y no tiene pensado ir a votar. El Kremlin aspira lograr una alta participación, al menos del 70 %, para legitimar unas elecciones en las que Putin espera reunir hasta el 80 % de los votos.

Unos datos que se alejan de la realidad de la sociedad rusa. «No crean que todos en Rusia apoyan a Putin y su guerra [en Ucrania]. Rusia está bajo una dura dictadura. El número de prisioneros políticos en Rusia es tres veces mayor que durante la lucha del sistema soviético contra los disidentes. Se están pisoteando los derechos humanos y no hay libertad de expresión ni de protesta», escribía Navalnaya, reconvertida en la nueva voz de la oposición rusa.

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