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Iraníes asisten a la procesión fúnebre de siete miembros del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria IslámicaAFP

Irán da un giro en su retórica belicista y acepta no responder al ataque en Damasco si hay tregua en Gaza

Esta nueva postura de Teherán contrasta con las proclamas incendiarias de estos días, donde han llegado a sugerir ataques contra las delegaciones diplomáticas israelíes en el extranjero

Israel lleva una semana preparándose para un inminente ataque desde Irán por el bombardeo –que atribuyen al Ejército israelí– contra su embajada en Damaso, que mató a siete altos rangos de la Guardia Revolucionaria iraní, entre los que se encontraba Mohamad Reza Zahedi, comandante en Siria y Líbano de las fuerzas Al-Quds. La cuestión no era si Teherán iba a responder, sino cuándo y cómo. Las proclamas incendiarias se han multiplicado estos días, sin embargo, este sábado, el medio Jadeh Iran, citando fuentes diplomáticas, informó de que Teherán se había comprometido a no responder al ataque contra su delegación en Siria si Tel Aviv acuerda implantar un alto el fuego en la Franja de Gaza.

Una postura que contrasta con las amenazas proferidas, ayer, por un asesor militar del líder supremo de Irán, Ali Jameneí, que apuntó directamente a atacar las embajadas de Israel como represalia. «Ninguna embajada israelí es segura», declaró, el general de la Guardia Revolucionaria, Yahya Rahim Safavi. Una línea que ha seguido hoy el ministro iraní de Exteriores, Hosein Amir Abdolahian, durante su visita a Damasco. «Lo que hizo ese régimen demostró que sus autoridades no se adhieren a ninguna obligación ni norma internacional y humanitaria. Este régimen será castigado y recibirá la respuesta necesaria», afirmó durante una reunión con su homólogo sirio, Faisal al Miqdad, según recoge la agencia estatal iraní IRNA.

La propuesta habría sido planteada a Estados Unidos, principal aliado de Israel en la región, por canales intermediarios. Según apunta el medio, Irán confía en que Washington pueda «contener la situación», lo que, por otro lado, también «sería un gran éxito para la Administración de Joe Biden». Esta información sale a la luz al mismo tiempo que se han reanudado, en Egipto, las conversaciones entre Israel y Hamás para conseguir una tregua, que permita la liberación de los 133 rehenes en manos de la milicia islamista.

Las últimas noticias sobre el estado de las negociaciones no arrojan demasiado optimismo y parece, según han adelantado medios israelíes, que no se ha logrado avanzar. Tanto Israel como Hamás enviaron, ayer, una delegación a El Cairo para descongelar un proceso que llevaba meses sin consolidarse. El último y único alto el fuego se produjo en el mes de noviembre y supuso la liberación de 124 rehenes israelíes a cambio de un número muy superior de prisioneros palestinos. Los familiares de los rehenes presionan, cada vez con más insistencia, al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para que llegue a un acuerdo.

Al menos 50.000 personas se manifestaron, este domingo, en Jerusalén frente a la Knéset –Parlamento israelí– para exigir al Ejecutivo que haga más por los rehenes. Las protestas tuvieron lugar en una fecha especialmente marcada en el calendario, coincidiendo con los seis meses desde el brutal ataque de Hamás contra Israel y que precipitó la actual guerra en Gaza. Se trata de una de las concentraciones más multitudinarias desde que empezara el conflicto y que ha vuelto a poner de relieve las diferencias entre la sociedad y el Ejecutivo que quedaron sepultadas por el horro del 7-0. A Netanyahu se le acumulan los problemas.

El Tribunal Supremo, que actúa como contrapeso del poder en un país en el que no hay democracia, anuló la ley que exime a los ultraortodoxos de hacer el servicio militar obligatorio y ha dado un mes de prorroga al Gobierno para que presente una nueva ley de reclutamiento. Además, ha ordenado la suspensión de la financiación estatal de las academias talmúdicas, poniendo en riesgo la coalición de Netanyahu con los partidos ultraortodoxos, en una guerra en la que ya han muerto 600 soldados. Así las cosas, el Ejército del país hebreo anunció ayer que retiraba a todas sus tropas del sur de la Franja a la espera de una posible operación en el último bastión de Hamás, la sureña ciudad de Rafah, o, por el contrario, se acuerde una tregua.