Entrevista | Itzik Horn, padre de Iair y Eitan Padre de dos rehenes de Hamás: «Pido al Gobierno español que haga una declaración exigiendo su liberación»
Este domingo se han cumplido seis meses de guerra en la Franja de Gaza. Medio año en el que 133 rehenes israelíes han permanecido secuestrados en algún recóndito lugar del enclave palestino, retenidos por Hamás o la Yihad Islámica Palestina, como simple moneda de cambio para conseguir imponer su propaganda ideológica. El brutal atentado del pasado 7 de octubre contra Israel volvió a poner en la primera línea de la agenda internacional el conflicto palestino-israelí, pero a costa del asesinato de 1.200 israelíes y la toma de más de 240 rehenes. Este ataque precipitó la reacción del Ejército hebreo, que lanzó una brutal ofensiva contra el enclave, que ha acabado con la vida de más de 33.000 gazatíes, según datos del Ministerio de Salud del Gobierno de Hamás.
Los civiles, como siempre, han acabado pagando un alto precio. Israel sufrió el peor ataque de su corta historia. La sociedad sigue conmocionada y no es capaz de despertar de esta pesadilla. Los israelíes son conscientes de que cada día que pasa es una sentencia de muerte para los 133 cautivos en manos de Hamás. Los familiares de los rehenes se han movilizado, desde el inicio del conflicto, para exigir al Gobierno de Benjamin Netanyahu que llegue a un acuerdo con la milicia islamista, que permita la liberación de sus seres queridos.
Durante una tregua, el pasado mes de noviembre, se liberaron a 124 cautivos. Desde entonces, ni Israel ni Hamás han mostrado voluntad para implementar otro alto el fuego en Gaza. Las familias de los rehenes temen que la presión internacional se apague y el foco informativo se aleje de sus seres queridos. Esto es lo que teme Itzik Horn, 71 años, padre de Iair, 45, y Eitan Horn, 35, secuestrados el 7 de octubre. Este argentino-israelí es un superviviente nato. Fue víctima del atentado terrorista de 1994 contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), en Buenos Aires. Nunca pensó que el Estado judío tuviera que hacer frente a una situación como la que sufre desde hace ya más de seis meses. Sus dos hijos pasaban unos días juntos celebrando las festividades judías en el kibutz Nir Oz, donde Hamás secuestró y mató al 28 % de su población.
–¿Cómo se precipitó todo el pasado 7 de octubre?
–El sábado de madrugada comenzaron a sonar las alarmas en todo el sur de Israel, pero ya estamos acostumbrados. Tenemos una rutina. Entonces le mandé un mensaje a mi hijo y le pregunté si se había metido en el cuarto de seguridad. Mi hijo, Iair, le quitó importancia. «Te olvidas de que nosotros estamos tan cerca de la frontera [con Gaza] que los misiles nos pasan por arriba», contestó. Mi respuesta fue: «Cuídate».
Para un argentino, el término desaparecido es terriblePadre de dos rehenes israelíes
Pasado el mediodía, informaron por televisión de que los terroristas habían entrado al kibutz Nirim. Tan solo una carretera separa esta localidad de Nir Oz. Llamé y nadie me contestó y así varias veces. Dos o tres días después recibo la llamada de un amigo de mi hijo, que me confirma que lo han localizado, a través de la señal de su móvil, en la ciudad gazatí de Jan Yunis. Tres semanas después de 7-O, el Ejército israelí me comunica que los chicos están desaparecidos. Para un argentino, el término desaparecido es terrible. Significa volver a la época de la dictadura militar. Y sabemos el triste final de todos los desaparecidos. Estar con la sensación de no saber si tus hijos están vivos o muertos es lo peor que te puede pasar.
–¿Ha sabido algo más de sus hijos?
–Desde noviembre la única información que hemos tenido ha sido gracias a los rehenes que salieron durante el intercambio. Estos nos confirmaron que, al principio, estuvieron juntos, pero luego los separaron. Muchos de los rehenes, durante los primeros meses, estuvieron en casas de familias, así que, cuando escucho que en la Franja de Gaza hay gente inocente y no implicada, tengo mis serias dudas. Yo sé que los dos millones no son terroristas, pero ese es el Gobierno que eligieron.
Quiero creer que el primer ministro de Israel no es el obstáculo para llegar a un acuerdoPadre de dos rehenes israelíes
–¿Cree que Netanyahu está haciendo todo lo posible para liberar a los rehenes?
–Después de seis meses, la sociedad israelí se encuentra en un estado de desesperación y se agarra a lo que puede. Quiero creer que el primer ministro de Israel no es el obstáculo para llegar a un acuerdo.
–El Ejército de Israel ha anunciado la retirada de sus tropas del sur de Gaza. ¿Cree que se trata de una concesión a Hamás para conseguir un alto el fuego?
–[Itzik se sorprende. No le había dado tiempo a leer las últimas noticias sobre la guerra]. Es una demostración de buena voluntad, pero no depende solo de Israel. Sin embargo, Israel no puede aceptar lo que pide Hamás.
–¿Sigue manteniendo la esperanza de volver a ver a sus hijos?
–Sin esperanza, qué nos queda. Aunque sí observo signos de desgaste en la familia porque, es verdad, ha pasado mucho tiempo. Nadie se imaginó que iba a durar tanto.
Si el Gobierno no es capaz de traerlos de vuelta a todos, el Estado queda muertoPadre de dos rehenes israelíes
–¿Cómo ha afectado esta masacre a la sociedad israelí?
–A nivel sociedad, si el Gobierno no es capaz de traerlos de vuelta a todos, vivos y muertos, en mi humilde punto de vista, el Estado queda muerto. El Ejecutivo es el responsable de su liberación. Es la condición fundamental del contrato social entre un gobierno y sus habitantes. En su conjunto, la sociedad está en shock y le va a costar recuperarse.
–¿Cómo se percibe la posición del Gobierno español en Israel?
–Las declaraciones del presidente, cuando estuvo de gira por Oriente Medio, no sentaron nada bien. Tuvo el pequeño desliz de no decir nada sobre los 1.200 asesinados por Hamás ni de los secuestrados. Creo que hay muchos periodistas y ciudadanos españoles que tienen la memoria corta y se olvidaron de quiénes fueron los autores del atentado en Atocha.
Pido al Gobierno español, que tan a favor está de los derechos humanos, que haga alguna declaración exigiendo la liberación de los rehenes. Y que hable con los representantes de Qatar y de Egipto para conseguirlo.