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El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, visita las fortificaciones del frente de JarkovAFP

Ucrania encoleriza a EE.UU. al traspasar una línea roja marcada por Washington

EE.UU. insiste en que Kiev ponga fin a los ataques a las refinerías rusas para evitar que se altere el mercado de la energía

Pese a la determinación de la administración Biden de seguir apoyando a Ucrania frente a la invasión rusa pase lo que pase, y el esfuerzo por socavar adelante el paquete de ayuda militar por valor de 60.000 millones de dólares bloqueado en el Congreso, las relaciones entre Kiev y Washington no pasan por su mejor momento.

La sensación en el gobierno de Volodimir Zelenski es que la Casa Blanca ha prometido más de lo que podía o estaba dispuesto a conceder, y ahora los ha dejado a los pies de los caballos.

El bloqueo del paquete de ayuda ha tensionado enormemente las relaciones entre Ucrania y su principal aliado.

Los reproches tras el fracaso de la contraofensiva ucraniana del pasado verano han volado en ambas direcciones, y el nerviosismo ante un posible fuerte avance ruso en los próximos meses ante unas indefensas fuerzas ucranianas no hace más que aumentar.

En ese contexto, Ucrania ha decidido actuar de forma autónoma, al margen de los intereses de su aliado estadounidense, y ha comenzado una exitosa campaña de ataques con drones contra instalaciones energéticas y refinerías en territorio ruso.

El objetivo de Kiev con esta campaña es, por un lado, compensar los reveses en el campo de batalla y, por otro, obstaculizar el suministro de combustible a los vehículos de las tropas rusas en Ucrania.

Sin embargo, esa estrategia ha encolerizado a la Casa Blanca. El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, rechazó, una vez más, estos ataques y advirtió que pueden desatar un «efecto dominó» que dañe el mercado energético mundial, según recoge Bloomberg.

Según Kyiv Independent, hasta la fecha Ucrania ha logrado golpear con éxito hasta 12 refinerías de petróleo rusas.

Las fuerzas de Kiev incluso lograron golpear una de las refinerías más grandes de la Federación Rusa, la de Nizhnekamsk.

La campaña ucraniana de ataques a refinerías rusas, sin embargo, parece haber echado por tierra esa estrategia.

Austin insistió en Ucrania debería centrarse en objetivos en el campo de batalla y no en la retaguardia: «A Ucrania le conviene más perseguir objetivos tácticos y operativos que puedan influir de forma directa en la batalla».

Según apunta el Financial Times, los ataques ucranianos han forzado a Rusia a reducir un 14 % su exportación de gasolina y han aumentado los precios de petróleo un 15 %.

Estados Unidos ya había avisado a Ucrania, por medio de contactos entre funcionarios de seguridad de ambos países, que debía poner fin a los ataques a las refinerías.

Kiev rechazó esas presiones públicamente. «Entendemos los llamamientos de nuestros socios estadounidenses. Al mismo tiempo, luchamos con los medios, los recursos y las posibilidades que tenemos», declaró la viceprimera ministra ucraniana Olga Stefanishina.