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Los israelíes han tratado de hacer vida normal en Jerusalén pese a la alertaAFP

Entre la tensión y el alivio: así vivieron los israelíes el ataque de Irán

A costumbrados desde hace décadas a las situaciones de emergencia, los israelíes han reaccionado a los ataques iraníes entre la alerta y la tranquilidad de la vida diaria

El ataque de Irán a Israel no sorprendió a la ciudadanía israelí, que desde hace casi dos semanas sabía que éste podría llegar.

La tensa expectativa desde que Irán amenazó con atacar Israel no llegó a convertirse en pánico, pero sí en un claro estado de alerta.

Y ahora, al saberse ya que el ataque fue un enorme fracaso de Irán por el altísimo porcentaje de interceptación de sus misiles y drones, si bien no se puede decir que la gente sienta que todo ha terminado, sí hay un gran alivio, además de una sensación de orgullo nacional por lo exitoso del sistema de defensas antiaéreas de las Fuerzas de Defensa de Israel.

Desde el momento que la República Islámica de Irán atribuyó a Israel al ataque de hace dos semanas a lo que presentó como su consulado en Damasco y prometió venganza, los israelíes entendieron que podía ser sólo cuestión de tiempo hasta que éste se concretara.

Acostumbrado desde hace décadas a lidiar con situaciones de emergencia, el pueblo de Israel maniobró entre la alerta y el intento de mantener cierta tranquilidad en la vida diaria.

Las interrogantes acerca de cuán seguro era que se concretara un ataque directo de Irán, eran tema de conversación a todo nivel. Dependiendo del carácter de cada uno, la expectativa al respecto incidía en la vida diaria.

Siempre hay quienes dicen «aquí no pasará nada», pero en general, el tema sí influía en las decisiones de la gente acerca de cómo movilizarse en el diario vivir, adónde ir y qué abstenerse de hacer.

En la ciudad de Ramat Gan, Gadi y Stella, una pareja joven padres de dos niños, querían festejar al mayor su quinto cumpleaños en un parque, con sus compañeros del jardín de infantes.

Pensando en el riesgo de que sonaran alarmas cuando están a cargo de 22 niños optaron por hacer la celebración en su departamento a pesar de la incomodidad de sacar todos los muebles al balcón para hacer lugar.

«Hay que estar atentos, no histéricos, pero sí ser conscientes de lo que puede pasar», comentaban ellos mismos ya días atrás. «No se puede dejar de vivir, pero tampoco se puede ser irresponsables».

La expectativa de cara a un ataque iraní no se tradujo en general en pánico, pero sí en alerta y precaución.

En los supermercados era notorio el mayor aprovisionamiento de víveres de cara a la eventualidad de un ataque que obligara a la gente a permanecer en los refugios y no poder salir durante días a hacer las compras necesarias.

El propio Frente de Retaguardia, el brazo de las Fuerzas de Defensa de Israel encargado de impartir las instrucciones de Defensa Civil a la población, había recomendado aprovisionarse de ciertos elementos para estar tranquilos en momentos de emergencia: agua, víveres secos, baterías, celulares, cargadores, transistores de radio y pilas para garantizar su funcionamiento y poder estar conectado también en caso de cortes eléctricos.

Un momento clave en la espera fue este sábado de noche, aproximadamente a las 20:30 hora local, cuando tras días de aparecer ante cámaras diciendo que «no hay cambios en las instrucciones de la defensa civil», el portavoz militar Contra Almirante Daniel Hagari, aunque con el tono calmo de siempre, cambió el mensaje: «A raíz de una evaluación de la situación, se ha determinado que a partir de las 23:00, hora de Israel, habrá cambios en los lineamientos defensivos del Frente de Retaguardia».

Explicó que parte de los cambios consisten en la prohibición de toda actividad educacional por todo el país, en referencia a paseos, actividades de movimientos juveniles y todo tipo de clases, aún siendo ya época de vacaciones por Pesaj, la Pascua judía, que comienza en unos días.

Por otra parte, el funcionamiento de los diferentes sitios de trabajo continúa, siempre y cuando haya un refugio accesible en el tiempo necesario para resguardarse.

Se determinó que no puede haber aglomeraciones de más de mil personas en todo el país, y que el número es mucho más reducido en las zonas de mayor peligro, aledañas a las fronteras. Luego se aclaró, por ejemplo, que se mantienen los programados partidos de fútbol y baloncesto, pero sin público.

En principio, las nuevas instrucciones fueron anunciadas por 48 horas, o sea que expiran este lunes por la noche. La población está atenta a las indicaciones oficiales.

«Cuando habla el portavoz del ejército me da tranquilidad», es un comentario muy común entre los israelíes en los últimos meses a raíz de la guerra contra Hamás. La situación actual con Irán no es una excepción.

Los israelíes entienden que la tensión y el peligro no han pasado. En gran medida, mucho depende ahora de la entidad de la respuesta israelí al ataque iraní, si es que la hay.

Pero aún la posibilidad de una nueva tanda de ataques iraníes no arruina la sensación de alivio que sienten muchos hoy en Israel por el gran éxito en la neutralización del peligro de la agresión masiva del sábado por la noche.

«Gran orgullo», comentaba admirado un joven ingeniero de Tel Aviv. «No es que esté todo bien para nada, pero veo que lo que se logró esta noche y siento que podemos estar en la cúspide del mundo».