Italia
La izquierda italiana se moviliza a favor del intelectual comunista Canfora en su litigio con Meloni
El conocido filólogo, que la tildó de «neonazi», ha elegido de abogado defensor a un adversario político de la jefa del Gobierno
El próximo 7 de octubre Luciano Canfora, filólogo de fama internacional, tendrá que declarar ante un tribunal de Bari a raíz de la querella por difamación agravada interpuesta, a título estrictamente personal, por la presidenta del Consejo de Ministros, Giorgia Meloni. Esta última basa su iniciativa procesal en las palabras pronunciadas por Canfora en un coloquio celebrado el 11 de abril de 2022 en el Instituto de enseñanza secundaria Enrico Fermi, de Bari: «Persona de alma neonazi», «tipeja» y «mentecata peligrosa» fueron algunas de las lindezas que Canfora dedicó a Meloni, que por entonces era jefa de la oposición.
Es, sobre todo, el primer calificativo, «alma neonazi», el que ha motivado la reacción de Meloni que, con arreglo a la normativa procesal italiana, tendría que desplazarse a la capital de Apulia para declarar. Sin embargo, de momento no ha comunicado su decisión. Se encuentra frente a un dilema con implicaciones si no acudiera a Bari, aunque el tribunal le permitiera argumentar por escrito, sus adversarios la acusarían de no atreverse a dar la cara por una causa que ella misma ha iniciado.
Si, por el contrario, se presenta, existe el riesgo de alimentar un circo mediático que, por otra parte, ya se ha formado: en la más pura tradición de la izquierda italiana –similar a la española–, más de treinta organizaciones, así como un buen puñado de intelectuales, ya se han posicionado a favor de Canfora. Entre las organizaciones, destacan la rama de Apulia el sindicato comunista Confederación General Italiana del Trabajo, el que más afiliados tiene en todo el país, y la influyente Asociación Cultural y Recreativa Italiana, de apariencia neutral, pero próxima a la corriente altermundialista y partidaria de legalizar la eutanasia por medio de un referéndum.
Por si quedaba alguna duda en relación con el carácter político que los partidarios de Canfora pretenden dar al juicio de octubre, baste decir que el abogado defensor designado por el intelectual, Michele Lafargia, es el candidato del centro-izquierda a las próximas elecciones municipales en Bari. Unos comicios cuya celebración podría estar en el aire si antes el ministro del Interior –y subordinado directo de Meloni–, Matteo Piantedosi, ejecuta su intención de disolver el consistorio municipal tras los numerosos casos de corrupción acaecidos en su seno. Por eso, la izquierda desea convertir el caso Canfora en el primer episodio de una campaña electoral que se prevé agitada.
Tampoco se puede obviar, más allá de los objetivos políticos inmediatos, el pasado y presente de Canfora en clave ideológica: si nadie pone en duda su prestigio como filólogo conviene recordar que inició su andadura política en las filas del Partido de Unidad Proletaria por el Comunismo, antes de integrarse, a mediados de los ochenta, en el otrora poderoso Partido Comunista Italiano. Cuando este último, una vez caído el Muro de Berlín, se escindió en dos facciones, una ortodoxa y otra reformista, Canfora optó por la primera.
Asimismo, en 1994, calificó la dictadura de «altamente positiva para Rusia» los años en que fue gobernada por Iossif Stalin: «Un estadista puede ser evaluado por lo que hizo por su país. La labor de Stalin fue positiva, aunque dura, para Rusia, en contraste con la de Gorbachov», vino a decir. Hoy en día, es uno de los principales promotores de la narrativa rusa en relación con la guerra de Ucrania.