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Embajada de China en BerlínAFP

Alemania se consolida como coladero de espías tras detener a tres alemanes al servicio de China

Los detenidos entregaron a la agencia de espionaje china información sobre componentes de barcos de guerra

La Policía alemana detuvo este lunes a tres personas bajo sospecha de trabajar con los servicios secretos chinos y proporcionarles datos sobre tecnología militar, informó la fiscalía federal.

El principal acusado es un hombre de Bad Homburg, identificado como Thomas R. que, según la fiscalía. estaba en contacto con la agencia de espionaje china MSS y contó con la ayuda del matrimonio formado por Herwig e Inga F.

La pareja tiene una empresa en Düsseldorf a través de la cual se establecieron contactos con científicos e investigadores alemanes. La empresa tenía incluso un contrato de cooperación con una universidad.

Según la fiscalía las informaciones proporcionadas a los chinos tendrían que ver con modernos componentes que pueden ser usados en motores de barcos de guerra.

Además, los acusados por encargo del MSS adquirieron una máquina de láser especial en Alemania y la exportaron a China sin autorización.

Los cargos que pesan sobre el trío son espionaje para una potencia extranjera y violación de la ley de exportaciones.

Coladero de espías

Estas detenciones muestran una vez más el serio problema de seguridad que tiene Alemania que la han convertido en un coladero para los servicios secretos extranjeros.

La semana pasada, la policía alemana detuvo a dos espías rusos acusados de planear acciones de sabotaje para perjudicar la ayuda militar a Ucrania.

Los implicados eran dos ciudadanos ruso-alemanes, Dieter S. y Alexander J., acusados de efectuar labores de vigilancia sobre las instalaciones de las fuerzas armadas de Estados Unidos en Alemania.

Entre las instalaciones espiadas estaba un campo de prácticas donde militares ucranianos están recibiendo instrucción.

No ha sido el único caso de espionaje en Alemania. El más mediático está siendo juzgado en este momento.

Se trata del caso de espionaje contra Carsten L., exfuncionario del Servicio Federal de Informaciones alemán (BND) acusado de transmitir informaciones secretas a Rusia.

Según la Fiscalía, Carsten L. habría facilitado a un empresario que actuaba de intermediario información del BND que, a continuación, se transmitía al Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB).

Más escandalosa aún fue la filtración a los servicios rusos de información de alto secreto sobre Ucrania después de que un general de la fuerza aérea alemana se conectara desde Singapur a una reunión del Ejército alemán usando la wifi de su hotel.

El general estaba participando en el Salón Aeronáutico de Singapur. Lo que desconocía es que en el evento también había espías rusos que barrían las señalas wifi tratando de detectar alguna conexión indiscreta.

La ingenuidad del general alemán permitió a los agentes del FSB acceder a importante información sobre la estrategia de la OTAN en Ucrania, información que luego difundió para escarnio del gobierno alemán la televisión pública rusa.