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El político italiano Roberto Formigoni, en la redacción de El DebateThorunPiñeiro

Entrevista

Roberto Formigoni: «Dimitir es algo que se hace al momento y Sánchez ha querido ganar tiempo»

Aprovechamos la visita a Madrid del expresidente de Lombardía para hablar sobre el amago de dimisión de Sánchez, independentismo, aborto o catolicismo

Sonríe, se apasiona. La voz de Roberto Formigoni cambia cuando se pone a contar anécdotas de su etapa como presidente de la rica región de Lombardía, norte de Italia, al frente de la que estuvo durante dieciocho años. Fundador del Movimento Popolare, senador, vicepresidente del Parlamento europeo... en el libro Una extraordinaria aventura política (Ediciones Encuentro) Formigoni repasa sus 34 años de vida política a través de una conversación con el periodista Rodolfo Casadei.

–¿Qué opina sobre el periodo de reflexión que se ha tomado Pedro Sánchez a raíz de que se abrieran diligencias por tráfico de influencias y corrupción contra su mujer? ¿Cree que este lunes dimitirá o habrá un giro inesperado?

–Las acusaciones que hay sobre la mujer del presidente –Begoña Gómez– son de una gravedad considerable. Y si he leído bien en la prensa, también el propio Pedro Sánchez estaría implicado.

Gracias a Sánchez supuestamente se otorgaron ayudas públicas a empresas con las que hizo negocios su mujer.

–Por eso es sorprendente que no haya dimitido inmediatamente. Me temo que se ha tomado estos cuatro días para dejar pasar o disminuir el escándalo que está golpeando a toda la prensa internacional. Se trata de una maniobra para presentarse este lunes y decir que no se marcha. Lo que importa es que las acusaciones que soporta su mujer, en las que él también estaría implicado son muy, muy graves. Es el jefe de Estado y los ciudadanos se merecían un gesto de valentía y responsabilidad. Uno renuncia y deja que la justicia siga su curso.

–Entonces su pronóstico es que Sánchez se queda.

–Tengo este temor, pero ojo: soy extranjero. Lo que sé de Sánchez es a través de lo que leo y veo por televisión en Italia. La situación es muy sencilla: uno dimite o no. Es algo que se hace al momento, uno no se queda ni una hora más cuando se acusa de cosas tan graves. El hecho de que Sánchez quiera ganar tiempo hace que me incline por una solución inteligente en la otra dirección.

Cuando no eres de izquierdas te conviertes en un minus habens

–No sé si sabe que nuestro actual presidente pactó con los independentistas para conseguir quedarse en el poder.

–Es sorprendente que los separatistas en España hayan realizado gestos contra la Constitución. No se trata de tener ideas políticas extremistas, a las que la ciudadanía siempre puede tener derecho dentro de un Parlamento, es que estas personas han realizado actos anticonstitucionales y esto es algo escandaloso.

Formigoni fue vicepresidente del Parlamento Europeo durante cinco añosThorun Piñeiro

–Italia se encamina hacia un sistema autonómico que da más poder a las regiones. Precisamente en España, hay muchas tensiones por las exigencias impuestas por los partidos nacionalistas de cada comunidad.

–La posibilidad de tener más autonomía para las regiones en Italia se introdujo por una reforma constitucional votada por la izquierda en 2001. Actualmente, nos encontramos con que la izquierda se opone firmemente a esta reforma que ella misma quería.

–¿Cuál ha sido el problema?

–Se podría añadir que no ha habido mucha inteligencia por parte de los gobiernos de centro-derecha a la hora de gestionar este juego, de dejar claro que la autonomía de Lombardía, del Véneto y de las grandes regiones del Norte no quita ningún recurso a las regiones más pobres. Solo da la posibilidad a estas regiones, que llamamos virtuosas, de tener más poderes pero que se ejercen con los mismos recursos que el Estado utilizó para ellos. Por ejemplo, la Región de Lombardía obtiene autonomía sobre la educación. Significa que el Estado le transfiere los recursos del presupuesto escolar correspondientes (a la región de Lombardía).

–Usted fue un pionero en este proceso autonómico. ¿Cómo fue la experiencia?

–Efectivamente. La región de Lombardía fue la primera en pedir estos cambios. Por este motivo, en 2000 y 2007 comencé un diálogo con el gobierno de centro-izquierda de Romano Prodi, que estaba en el poder en ese momento. Teníamos ya una serie de acuerdos apalabrados, pero el diálogo se interrumpe por las elecciones anticipadas y un gobierno de Berlusconi llegó al poder. Liga Norte se opuso al hecho de que Lombardía tuviera estas competencias porque el presidente que proponía estas ventajas para Lombardía era Roberto Formigoni, que no era de la Liga de Bossi.

–¿Cómo se entera usted de esto?

–Fue una confesión de Umberto Bossi y en el libro lo detallo todo. Esta es una de las enormes contradicciones de la Liga Norte, de la que es responsable la propia Liga porque Lombardía podría tener una autonomía diferenciada desde 2008.

Los católicos que participan en la política han desaparecido

–El Senado italiano acaba de aprobar que los voluntarios provida entren en clínicas abortivas para dar información a las mujeres embarazadas y ofrecerles otras alternativas.

–En realidad, se ha aplicado una parte de la ley 194, aprobada en 1978, que se estaba ignorando. Una ley que tiene casi 50 años.

Dentro de esta ley hay una serie de artículos. Uno de ellos es que, sin violar la libertad de la mujer, se le ofrezca la posibilidad de que los grupos provida tengan presencia en las clínicas abortivas con el fin de proporcionarles otras alternativas a aquellas embarazadas que lo soliciten. Todo se deja en manos de la libertad de la mujer.

'Una extraordinaria aventura política', último libro de Roberto FormigoniThorun Piñeiro

–Sin embargo, este tipo de medidas, en algunos sectores, se ven como una presión para la mujer que va a abortar.

–No es una presión. Ninguna mujer está obligada a consultar con los centros provida, solo aquellas que quieran.

–Bueno, en España se ha reformado el Código Penal y cuando se reza frente a una clínica abortiva se puede dar una situación que suponga un delito.

–Hoy pasan estas cosas. Hay una violación de la libertad para quien piensa de manera distinta a los grupos de izquierdas. Quien considera que el aborto es una cosa mala, por no decir algo más, no tiene derecho a la ciudadanía en esta sociedad donde manda la izquierda. Cuando no eres de izquierdas te conviertes en un minus habens.

Sánchez se ha tomado cuatro días para dejar pasar el escándalo que estaba golpeando toda la prensa internacional

–Siendo usted presidente de la región de Lombardía consiguió que 4.000 mujeres renunciaran a abortar.

–El presupuesto económico de una región como Lombardía no es infinito, pero conseguimos ahorrar gracias a una buena administración y renunciando a ciertos objetivos. Aprobé una ley pensada para las mujeres en situación de vulnerabilidad que iban a abortar. Me dirigí a ellas y les expliqué que se ponían a su disposición una cantidad mensual de 500 euros durante 18 meses.

–¿Qué opinión le merecen los políticos que dicen abiertamente que son cristianos, pero que luego en su día a día actúan contra la doctrina de la Iglesia católica?

–A muchos les encanta llamarse católicos y seguir una política que es contraria a los principios católicos precisamente porque los verdaderos católicos están ausentes de la política… pero 'como estoy bautizado soy católico y luego como tal apoyo el aborto, la eutanasia, a los trans, la gestación subrogada, etc., etc'. ¿Por qué? Porque existe una enorme contradicción entre los que se definen como católicos y la política que apoyan. Es inaceptable, una farsa.

–No son católicos.

–Exacto. Eres alguien que dice serlo, pero que apoya políticas que van contra los valores cristianos. Cuando el católico se mete en política, debe inspirarse en la doctrina social de la Iglesia, aquella con una visión de mayor bienestar para todos los hombres, no solo para los cristianos. La visión cristiana del hombre te hace mirar positivamente a los demás, cualesquiera que sean sus pensamientos, cualquiera que sea su ideología.

–¿Qué futuro tiene para usted Democracia Cristiana en Europa?

–Bajo el nombre de Democracia Cristiana solo existe en Alemania y en el resto de países ha sido reemplazada por el Partido Popular Europeo, que ha recogido varios legados pero que ha perdido muchas características que hacían de la Democracia Cristiana un partido que quería representar plenamente la visión cristiana de la vida. Hoy en día, los católicos que participan en la política han desaparecido.

Es sorprendente que los separatistas en España hayan realizado gestos contra la Constitución

– ¿Por qué?

–Ante el avance de la secularización, las batallas por la libertad del aborto, la libertad del suicidio asistido, la libertad de la eutanasia… No han tenido el coraje de decir que ‘esto va contra la Humanidad, enfrentémonos democráticamente. Ustedes apoyan lo contrario y puede que sean mayoría, pero nosotros apoyamos esto’. En democracia se discute y se debate, pero muchos católicos han renunciado al debate. O han preferido mantenerse alejados, no mezclarse ni ensuciarse las manos con la política por aquello de que se considera algo sucio y que hace leyes contra el hombre. Yo digo precisamente lo contrario: como hay una sociedad secularizada, los católicos tenemos el deber de involucrarnos en política para luchar democráticamente contra estas ideas y hacer propaganda de las ideas justas y correctas que pedimos nosotros.

–¿Qué balance hace del Gobierno de Giorgia Meloni?

–Meloni ha sido muy sabia al cambiar algunas de sus ideas. Por ejemplo, ha pasado de una crítica muy fuerte a Europa a buscar relaciones con los jefes de Estado de los países grandes y decir ‘quiero participar en igualdad de condiciones con ustedes en la determinación de las futuras políticas de la Unión Europea, de la Comisión, etc.' Porque para gobernar, para conseguir el bien de Italia, hay que acercarse al presidente de Alemania, Francia, España… y es lo que ella está haciendo

–¿Italia está mejor ahora que en el pasado?

–En este momento el Gobierno está estable y la oposición está fuertemente dividida. Es algo muy extraño porque generalmente tenemos una oposición muy fuerte y unida y un Gobierno en disputa. Desde el punto de vista económico, la medida industria 4.0 de Renzi, el Gobierno de Draghi sumado a las acciones del ministro Giorgetti y a la presidente Meloni en este año y medio han mejorado las condiciones. A día de hoy, la productividad de las empresas italianas ha mejorado notablemente. Tenemos un crecimiento del PIB per cápita cercano al 3 %. Desde este punto de vista macroeconómico, a Italia le va bien y poco a poco esta ventaja se trasladará a la vida de la gente de a pie.