Entrevista al productor de la película 'Relatos del Exilio'
Roberto Marrero, exiliado venezolano: «Los españoles deben tener claro que la democracia está en riesgo»
Para el expolítico ahora reconvertido en productor cinematográfico, los exiliados venezolanos «reflejan la crisis y el modelo político que hay que rechazar»
El drama del éxodo masivo de más de 8 millones de venezolanos provocado por el fracaso del funesto Socialismo del Siglo XXI es el guion de la película «Relatos del exilio» que será proyectada por primera vez en España el próximo 20 de mayo en el Teatro Capitol en la Gran Vía de Madrid.
Roberto Marrero, exjefe de despacho del gobierno interino de Juan Guaidó, exabogado del opositor Leopoldo López, expreso político del régimen de Nicolás Maduro y ahora exiliado en Estados Unidos es el productor de esta película que promete conmover y alertar sobre los riesgos que toda democracia, por muy sólida que parezca, enfrente hoy día.
–¿Cómo nace la idea de crear Relatos del exilio?
–Empezó hace siete años. Yo salgo al exilio después de año y medio preso en el régimen de Maduro. Tengo la oportunidad de irme a México con la mediación del gobierno mexicano. Salgo de Venezuela y me vuelvo a reencontrar con mi familia.
También tengo la oportunidad de conocer a Carlos Fung, el director de la película y me propone que me integre al proyecto para llevarlo adelante. Y es así como hace poco más de tres años nos juntamos. Yo soy el productor ejecutivo y hemos elegido las otras tres historias de exilio que contamos.
El enfoque de la película no es solo desde las causas del exilio sino desde las consecuencias. Estamos claro que la causa es el Socialismo del Siglo XXI, la tragedia que empezó Chávez y Maduro empeoró. Es así como a través de las historias y las vidas de las personas que han emigrado reflejamos la crisis migratoria de Venezuela y por ende el modelo político que hay que rechazar.
–Desde el punto de vista humano, ¿Qué tienen en común estas cuatro historias?
–Todas tienen en común que son venezolanos que están fuera. Son cuatro historias muy dramáticas que impactan mucho.
Uno de ellas es la de un médico venezolano en Chile. Un profesional como el cubano que se tuvo que ir de Cuba, el nicaragüense que se tuvo que ir de Nicaragua o es el que ha tenido que salir por cualquier razón de su país y empezar de cero, entonces uno se identifica mucho.
La otra historia es la de un joven que es rider, que está en Bogotá, un muchacho que hace delivery, que no logró formarse profesionalmente, porque no logró acceder a la universidad debido a la crisis que en la que está Venezuela hace más de 20 años. Como él hay millones de venezolanos haciendo delivery en toda América del Sur, en Estados Unidos y particularmente aquí en España. Por eso es que decidimos venir a España en nuestra gira después de Estados Unidos, porque son las dos grandes capitales de la emigración venezolana.
Venezuela, que fue un país receptor de migrantes, se ha convertido en un país de emigrantes con más de 8 millones fuera, es decir, equivale a un país fuera de un país. Esa población es más que la de Nicaragua, el doble que la de El Salvador, Uruguay, Panamá o Paraguay. Estamos hablando de países que tienen silla en la ONU.
–¿De qué manera sufre esa Venezuela en el exilio?
–Ese país que está fuera hay que explicarlo, es una historia que hay que contar y no está siendo contada. Nos hemos quedado mucho en el tema político sobre la dictadura y la violación de derechos humanos, cosa que es verdad, pero también hay que conectar con el lado humano de la tragedia que vivimos.
Tenemos xenofobia en Chile, casos de xenofobia muy fuerte en Perú, caso de xenofobia muy fuerte en Colombia y gracias a Dios España nos abrió las puertas. Gracias a Dios en España los venezolanos han podido reencontrarse y hacer su vida y son miles de venezolanos los que ya adquirieron la nacionalidad española. Pero no es la misma realidad en todo el mundo. En Estados Unidos el problema es grave por la falta de un estatus legal y en toda Suramérica hay persecución y un rechazo muy fuerte a los inmigrantes venezolanos.
–Algunos no comprenden el deseo de regresar de muchos exiliados ¿La película ayuda a explicar esto?
–La verdad es que nos da vergüenza tener esperanza. La gente se ríe en la cara de los venezolanos. Yo creo en Dios profundamente y creo que Dios es bueno. Entonces para qué Dios nos dio esos ríos, playas, esos recursos naturales para que lo manejen estos bandoleros. Venezuela tiene que tener un mejor destino. Esos recursos deben estar al servicio de la humanidad, no de este régimen usurpador.
Por lo tanto, la esperanza es el vehículo al cambio. Todo gran proyecto empieza con la esperanza. Hay una esperanza y no debe darnos pena ni a los nicaragüenses ni a los cubanos. Por el contrario, eso es lo que quieren las dictaduras. Eso es lo que quieren los regímenes autoritarios, que uno pierda la esperanza y digan no hay nada que hacer.
–¿A quienes te gustaría ver en la sala del Teatro Capitol?
–Queremos que la vean los venezolanos, porque es una película hecha por venezolanos, aunque tiene actores internacionales con trayectoria, pero la película está hecha para todo público y sobre todo en el trasfondo de la película, lo que se defiende es la democracia, porque toda esa gente se fue del país por un cambio de sistema político para mal.
Es importante que los españoles vean Relatos del exilio, porque hay que tener claro que todas las democracias del mundo, incluso las más sólidas, están en riesgo, todas las democracias está a una generación de perderse si no se participa y no se vota.
A parte del importante mensaje político que tiene Relatos del exilio, las historias son muy entretenidas, muy hermosas y toca la fibra no solo de la comunidad hispanoamericana, sino de cualquier emigrante que la vea y donde incluso el español que emigró se va a recordar de sí mismo y se va a sentir identificado. Creo que es espectacular.