Los hospitales de Rafah, al borde del colapso ante la falta de combustible: «La situación es desesperada»
La maquinaria bélica de Israel avanza lenta, pero inexorablemente hacia el último refugio para 1,5 millones de palestinos en la Franja de Gaza. Para Israel, sin embargo, la sureña ciudad de Rafah representa el último bastión de Hamás, donde aún quedan activos cuatro de sus batallones, y donde creen que la milicia fundamentalista mantiene cautivos a los 133 rehenes israelíes. La invasión terrestre, por tanto, parece inminente. A pesar de que la situación humanitaria en Gaza alcanza cotas preocupantes, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha reiterado que continuarán con sus operaciones, aunque eso implique su aislamiento internacional.
La toma del lado palestino del cruce de Rafah, por parte de Israel, este martes, y el cierre del paso de Kerem Shalom complica, aún más, la entrada de ayuda humanitaria al enclave. «Necesitamos combustible para transportar suministros vitales, pero la intensificación de las operaciones militares en la zona de Rafah y el cierre de los principales pasos fronterizos con el sur de Gaza han cortado nuestro acceso al combustible, amenazando con paralizar las operaciones humanitarias», alertó, este jueves, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
La sombra de la operación militar terrestre en la frontera con Egipto, que llevaba meses planeando, se materializó, este lunes, con el lanzamiento de octavillas que pedían la evacuación de la parte oriental de Rafah. Desde entonces, unas 110.000 personas ya han huido de la zona, según datos ofrecidos por la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA). Aunque la invasión total aún no se ha producido, Israel ha asegurado que mantiene «operaciones precisas» en la zona. «Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) continúan operaciones precisas en el área de Zeitun, en el sur de ciudad de Gaza, así como en áreas específicas del este de Rafah», informó, ayer, el Ejército hebreo.
En contra de las acusaciones de las organizaciones humanitarias que trabajan en Gaza, las FDI defienden que Israel mantiene abierto el cruce de Kerem Shalon «a pesar del constante lanzamiento de cohetes por parte de Hamás». El país hebreo afirmó, este viernes, que «decenas de camiones de ayuda humanitaria han entrado» por ese paso fronterizo. Sin embargo, Unicef ha advertido de que las infraestructuras esenciales del enclave, como los hospitales, podrían quedarse sin combustible «en cuestión de días, si no de horas». Más alarmista se ha mostrado el coordinador de asuntos humanitarios de Naciones Unidas en Gaza, Georgios Petropoulos, quien ha reducido el margen de tiempo a 24 horas.
El tiempo perdido pronto se convertirá en vidas perdidasDirectora ejecutiva de UNICEF
«La situación es desesperada. Si no se reabren los pasos fronterizos de Kerem Shalom y Rafah al combustible y los suministros humanitarios, las consecuencias se dejarán sentir casi de inmediato», ha asegurado Catherine Russell, directora ejecutiva de la agencia de la ONU para la Infancia. Entre los servicios que se podrían ver afectados destaca, sobre todo, los servicios de soporte vital para bebés prematuros, que se quedarán sin energía. Así como el peligro inminente de que las aguas residuales se desborden y propaguen aún más enfermedades ante la falta de bombas de aguas residuales en funcionamiento. «El tiempo perdido pronto se convertirá en vidas perdidas», ha alertado Russell.
En Rafah, tan solo quedan activas tres instalaciones médicas. El principal complejo de maternidad, el Al-Najjar, tuvo que ser evacuado a principios de esta semana, ante la orden israelí de abandonar la zona. El sanatorio había estado atendiendo hasta un total de 180 nacimientos diarios, pero, tras la escalada de violencia en el sur de la Franja, se ha visto obligado a suspender sus actividades. «¿Dónde van a buscar atención y continuar el tratamiento las mujeres embarazadas, los niños, las personas con enfermedades crónicas en un lugar diezmado como Gaza?», se preguntaba este miércoles Paulo Milanesio, coordinador de Emergencias de Médicos Sin Fronteras en Rafah.
«No hay palabras para describir lo mala que va a ser esta situación sin combustible», señaló Louise Wateridge, portavoz de la UNRWA en Gaza, durante una intervención en la cadena británica BBC. Wateridge aseguró que los bombardeos en el sur den enclave palestino se han intensificado durante las últimas 24 horas. Ante el continuo deterioro de la crisis humanitaria en la Franja, los niños son los que más están sufriendo las consecuencias. Según las últimas estimaciones del Ministerio de Sanidad palestino, gobernados por Hamás, ya han muerto más de 14.000 menores en este conflicto. «Cientos de miles de niños que ahora están hacinados en Rafah están heridos, enfermos, desnutridos, traumatizados o viven con discapacidades», ha alertado la directora ejecutiva de Unicef.
La única esperanza para los gazatíes se desvaneció por completo este jueves cuando la delegación israelí abandonó El Cairo sin llegar a un acuerdo para un alto el fuego. Hamás anunció, a comienzo de semana, que aceptaba la propuesta de los mediadores egipcios y qataríes, sin embargo, fuentes de seguridad en Egipto han revelado que «algunos puntos controvertidos siguen sin resolverse». La enésima iniciativa contemplaba una tregua dividida en tres fases, cada una de 42 días de duración, así como la liberación de los rehenes israelíes a cambio de la excarcelación de un número indeterminado de presos palestinos.