¿Permitir o no a Ucrania atacar a Rusia? Los aliados buscan una respuesta a la cuestión clave de la guerra
Los países aliados de Ucrania buscan una fórmula para que las fuerzas de Kiev puedan atacar a fuerzas rusas en territorio ruso
El problema está perfectamente identificado: Rusia ha creado un santuario junto a la frontera con Ucrania, en particular en las regiones de Kursk y Bolgorod, donde acumular municiones, armamento, vehículos blindados y tropas.
Este santuario ha permitido a Rusia lanzar ataques aéreos contra territorios ucranianos lanzando bombas planeadoras y misiles contra objetivos civiles y militares ucranianos. También les ha permitido preparar la invasión a la región de Járkov a principios de mes.
Sin embargo, tanto Estados Unidos como otros aliados occidentales han prohibido a Ucrania atacar directamente el territorio ruso donde se encuentra este santuario para evitar los ataques.
La prohibición, según el Institute for the Study of War (ISW), es un grave problema para Ucrania y está lastrando sus opciones de lanzar nuevas contraofensivas al verse obligada a trasladar a la zona fronteriza vulnerable nuevas fuerzas procedentes de otros puntos del frente.
«Estas políticas estadounidenses y occidentales están comprometiendo gravemente la capacidad de Ucrania para defenderse contra las actuales operaciones ofensivas rusas en el norte de la región de Jarkov o en cualquier zona a lo largo de la frontera internacional donde las fuerzas rusas puedan optar por llevar a cabo operaciones ofensivas en el futuro», se señala en el informe del ISW.
Pese a ser conscientes de esa realidad, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, se negó a levantar el veto al uso de armas proporcionadas por Estados Unidos para atacar Rusia por parte de las fuerzas ucranianas.
Así lo subrayó Austin durante la última reunión del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania (el Formato Ramstein).
Austin hizo hincapié en que las fuerzas ucranianas deben emplear las armas entregadas por Estados Unidos «contra objetivos dentro de Ucrania».
En la reunión se puso de relieve que la actual ofensiva rusa sobre Járkov se podría haber evitado si los HIMARS estadounidenses en manos del Ejército ucraniano hubieran disparado contra la concentración de tropas y material de guerra acumulado en el santuario ruso.
Los rusos siguieron acumulando fuerzas en dichas regiones conocedores de la prohibición y, por lo tanto, sintiéndose a salvo de posibles ataques ucranianos.
Es el caso de Reino Unido, cuyo ministro de Exteriores, David Cameron, anunció que Londres había autorizado a Kiev a emplear las armas británicas para atacar objetivos en territorio ruso.
Los negociadores ucranianos se están centrando ahora en lograr una cesión parcial por parte de la Casa Blanca.
Es decir, aunque se mantenga la prohibición en general para el territorio de la Federación Rusa, el Gobierno ucraniano pelea para que Estados Unidos les permita realizar ataques en zonas fronterizas de Rusia con Ucrania, lo que les permitiría empujar a las fuerzas rusas más lejos de su territorio.