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Víctor Santana

A una semana de las elecciones: ¿realmente podemos cambiar el rumbo de Europa?

Hablar de la representatividad y poder de los partidos políticos europeos nos lleva a hablar de la Comisión

Ya no queda nada para tener que ir a las urnas a votar por el futuro de Europa. El próximo domingo 9 de junio tendremos que dar nuestro apoyo a un partido político español para que ejerza presión en el Parlamento Europeo durante los próximos cinco años, pero ¿servirá para algo?

Esa es la gran pregunta que nos hacemos todos en casi todas las elecciones. Muchas veces nos entra la duda de si somos capaces de provocar un cambio o si, por muy diferente que votemos, siempre terminan las mismas ideas en el mismo lugar. A pesar de esto, en estas elecciones, me siento optimista y os voy a explicar por qué.

Ya habíamos hablado de la importancia de las elecciones europeas para la configuración de la Comisión Europea (impulsora de legislación y poder ejecutivo, al mismo tiempo). Desde 2014 los partidos políticos europeos eligen a su representante que, de ser el partido más votado, será la persona que se ponga al frente de la Comisión Europea. A esto se le conoce como el spitzenkandidat.

Pero como todo en la Unión Europea, si no encaja con las necesidades del momento, se cambia y punto. En las anteriores elecciones de 2019, el Partido Popular Europeo (EPP) ganó las elecciones y su spitzenkandidat era Manfred Weber. Él debería haber sido el presidente de la Comisión, pero de un día para otro, los más federalistas y europeístas de Bruselas se olvidaron de sus propias reglas y de lo que votaron los ciudadanos, y auparon a Ursula von der Leyen a la Presidencia de la Comisión. Todo muy democrático, nada transparente.

No olvidemos que la Comisión Europea es el verdadero centro de poder de Europa. Ellos son los únicos que pueden redactar leyes, los que tienen la fuerza para implementarlas y los que controlan el dinero que va a cada país. Son como el juez Dredd de aquella famosa película de Stallone de los 90.

Os estaréis preguntando por qué os cuento todo esto y es que la semana pasada nos habíamos quedado en cómo quedaría el Parlamento Europeo tras las elecciones en clave europea, y hablar de la representatividad y poder de los partidos políticos europeos nos lleva a hablar de la Comisión Europea. Al fin y al cabo, la coalición que resulte en el Parlamento se replicará en la Comisión.

Todos los países tienen su comisario, elegido por cada gobierno, y el español será socialista, pero lo importante es la posición que ostentará en el próximo Ejecutivo europeo y eso lo decide el presidente de la Comisión.

En la Comisión hay dos puestos muy importantes que siempre han estado repartidos entre los socialistas (S&D) y los democristianos (EPP): la Presidencia de la Comisión y la Vicepresidencia responsable de los asuntos internacionales. Esto se debe a que ambos partidos gobernaban juntos en el Parlamento Europeo. Pero estas elecciones son diferentes.

Tal y como vimos en anteriores artículos, los diferentes grupos que conforman la derecha (EPP, ECR, ID) tienen por primera vez la capacidad de formar una mayoría suficiente para no necesitar a los grupos de izquierdas. Esto significa que la derecha puede repartirse todas las carteras importantes de la Comisión Europea, algo que, si ocurre, replantearía todas las políticas europeas de los últimos diez años, entre ellas el Pacto Verde.

Pero no nos olvidemos de lo que pasó hace cinco años. Para los grupos políticos fue sencillo olvidarse del candidato ganador de las elecciones europeas, Manfred Weber, y proponer a una nueva candidata desconocida fuera de Alemania. ¿Volverá a pasar lo mismo? ¿Pedirá la derecha del ECR y los eurodiputados de ID la cabeza de Ursula von der Leyen a cambio del apoyo al EPP?

En esto, todo el mundo mira a la primer ministro de Italia y presidenta del partido de los Conservadores y Reformistas Europeos. En ella recae la posibilidad de establecer esa mayoría alternativa que acabe con la importancia de la izquierda y de ella también depende la continuidad de Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisión o que una nueva figura, posiblemente italiana, como Antonio Tajani, pueda ser el nuevo candidato del EPP para ese codiciado puesto. Pero, a diferencia de la composición del Parlamento Europeo, esto no lo sabremos hasta final de año.

Solo queda una semana para conocer el rumbo de Europa y, sí, podemos cambiarlo.

  • Víctor Santana fue asesor en el Parlamento Europeo para el Partido Conservador Británico (2014-2020) y para ECR (2020 - 2023)