La muerte de un soldado a manos de un inmigrante en la frontera con Bielorrusia agita la campaña electoral polaca
Polonia acusa al régimen de Minsk de orquestar una guerra híbrida contra su país y fomentar la inmigración ilegal a través de sus fronteras
La situación de seguridad en la frontera polaca con Bielorrusia lleva meses siendo muy delicada. La inmigración ha irrumpido con fuerza en la campaña electoral de las europeas y en Polonia ha cogido especial impulso por la muerte de un soldado, este jueves, tras ser apuñalado por un inmigrante que trataba de cruzar hacia el país báltico. El trágico suceso tuvo lugar el pasado 28 de mayo. De acuerdo con la versión oficial, el soldado fue atacado en varias ocasiones con un cuchillo mientras trataba de evitar, junto a otros compañeros, la entrada de un grupo de inmigrantes desde Bielorrusia.
Tras ocho días ingresado en el hospital, el joven polaco, que ha sido identificado como Mateusz Sitek, de tan solo 21 años, sucumbió a las graves heridas. El Gobierno de coalición de Polonia, liderado por Donald Tusk (Plataforma Cívica), expresó sus condolencias a los familiares y amigos de la víctima y ha asegurado que «la patria y los compatriotas no olvidarán este sacrificio». Asimismo, el ministro polaco de Exteriores, Radoslaw Sikorski, ha exigido al régimen de Minsk que busque y entregue al atacante del soldado.
Polonia acusa a Bielorrusia de orquestar una guerra híbrida contra su país a través, sobre todo, de la inmigración ilegal. Por ello, Tusk ha anunciado nuevas medidas para reforzar la seguridad en la frontera y ha vuelto a imponer una medida del anterior Ejecutivo de Ley y Justicia (PiS), una zona de exclusión de 200 metros, que prohíbe la entrada de cualquier civil. Esta prohibición fue duramente criticada hace dos años por el ahora primer ministro polaco cuando el Gobierno del PiS, de Mateusz Morawiecki, decidió implantar la medida para evitar la llegada masiva de inmigrantes desde Bielorrusia. Pero a la muerte del joven soldado, se suma otra polémica en la frontera, destapada por los medios locales.
Según publicó esta semana Onet, el portal de noticias más grande de Polonia, tres soldados polacos fueron procesados por la Fiscalía del país báltico tras abrir fuego en la frontera bielorrusa para disuadir a otro grupo de inmigrantes de cruzar ilegalmente. La noticia ha generado gran polémica en el Estado báltico y ha provocado las críticas de buena parte del espectro político hacía el ministro de Justicia, Adam Bodnar, por permitir esta actuación.
El incidente tuvo lugar «entre marzo y abril», según publican los medios polacos, cuando un grupo de hasta unos 50 inmigrantes trató de cruzar por la frontera. Los militares polacos han asegurado que se mostraban «agresivos y entrenados para luchar», por lo que tuvieron que abrir fuego para defenderse. Este testimonio ha sido confirmado por el propio ministro de Defensa polaco, Władysław Kosiniak-Kamys, que ha tachado de «inaceptable» la intervención de la Fiscalía. Por su parte, el exprimer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, ha calificado de «vergüenza» lo ocurrido durante esta última semana.
El líder del PiS ha aprovechado para arremeter contra el Gobierno de Tusk, en plena campaña electoral por las elecciones europeos, en un mensaje en su cuenta de X, antes Twitter: «Estos sucesos desacreditan una vez más por completo al Gobierno actual, su política de defensa, su enfoque anterior sobre los inmigrantes ilegales y la defensa de las fronteras, y lo que es peor, destruyen la confianza de los soldados en el mando, lo que en la situación geopolítica actual es simplemente un crimen contra la seguridad de Polonia».
Así, Morawiecki ha aprovechado para animar a los polacos a «demostrar en los próximos días que están con nuestros soldados». Polonia votará en los comicios al Parlamento Europeo este domingo 9 de junio, como el grueso de los Estados miembros. El país báltico aporta 53 escaños de un total de 720, siendo uno de los que más peso tiene en la Eurocámara. Los últimos sondeos vaticinan un empate casi técnico entre la lista de Coalición Cívica, del primer ministro del país, Donald Tusk, con un 34 %, y la lista Derecha Unida, liderada por el PiS, con un 31 %.