Orbán gana sin convencer en las elecciones europeas con Magyar erosionando su liderazgo

Hungría celebraba, este domingo, elecciones europeas y municipales. Unos 7,8 millones de húngaros estaban llamados a elegir a más de 3.000 ediles y alcaldes para los próximos cinco años, así como a los 21 eurodiputados que aporta el país a la Eurocámara de un total de 720. Con casi el 99 % de los colegios electorales escrutados, el partido del primer ministro Viktor Orbán, el Fidesz, contaría con el 44 % de los votos, y como segunda fuerza se consolida la formación Tisza, de Péter Magyar, con el 30 %.

A Orbán le ha salido un duro competidor y su nombre es Magyar, un empresario reconvertido en político por un despecho amoroso. El ahora líder del Tisza saltó a la arena política tras divorciarse de la ahora exministra de Justicia, Judit Varga, a la que acusó de encubrir un caso de pederastia. El escándalo también acabó con la carrera de la presidenta húngara Novák Katalin. Desde entonces, Magyar se ha convertido en el principal opositor de Orbán y se ha erigido en su gran rival.

Asimismo, la tercera fuerza en Hungría sería la coalición progresista y verde, con el 8 % de los votos, mientras que la formación «Nuestra Patria» ha acumulado el 6,7 %. El país aporta al Parlamento Europeo 21 eurodiputados de un total de 720. Así las cosas, el Fidesz se haría con 10 escaños, y el Tisza con 7. La gran pregunta de esta nueva legislatura, de cinco años, es a dónde irán a parar los escaños del Fidesz que, tras ser expulsados del Partido Popular Europeo (PPE), se encuentran en los No Inscritos. Lo más probable es que el partido de Orbán acabe en el grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), junto al Fratelli d'Italia de la primera ministra de Italia Giorgia Meloni.

Los resultados siguen siendo, aún, cómodos para el primer ministro húngaro, aunque la irrupción de Magyar supone un toque de atención para el oficialismo, que pierde casi nueve puntos porcentuales con respecto a los últimos comicios europeos, en 2019. Hungría siempre ha sido visto en la Unión Europea como el socio incómodo, por sus continuos vetos, especialmente estos últimos años, a las sanciones contra Rusia por su invasión a Ucrania o al envío de ayuda financiera a Kiev.

El pulso entre Bruselas y Budapest ha sido constante. Desde la UE acusan a Orbán de dinamitar el Estado de derecho, mientras que el primer ministro húngaro denuncia una campaña política contra su persona y su partido. Asimismo, la influencia de Hungría se hará evidente cuando asuma la presidencia del Consejo de la Unión Europea, este mes de julio, en un momento vital para la institución comunitaria. Será en esta época cuando comenzará el juego de las sillas en Bruselas y se tendrán que elegir los principales cargos como el del presidente del Consejo Europeo o la Comisión.