Wilders se impone, sin aplastar, a sus socios de coalición en los Países Bajos

Geert Wilders habrá renunciado a ser primer ministro de los Países Bajos, para posibilitar la formación de un Gobierno, pero su fuerza se mantiene intacta siete meses después de las elecciones generales: el Partido por la Libertad (PVV), del que es líder, se ha impuesto en los comicios europeos, con tres escaños de diferencia sobre sus competidores.

De los 31 escaños asignados a los Países Bajos en la Eurocámara, el PVV obtiene 7, seguido de los liberales del primer ministro en funciones Mark Van der Rütte, los Verdes y los Socialdemócratas del exvicepresidente de la Comisión Europea Frans Timmermans, con 4 escaños cada uno.

Después, con 3 escaños, llegan la histórica formación democristiana CDS, los liberales de D66 y el Partido Campesino Ciudadano, que irrumpió en el escenario político neerlandés hace un año. Por su parte, el muy conservador Partido Reformado, de inspiración calvinista. Saca dos escaños.

Unos resultados que reproducen, a grandes rasgos, el mapa político de las generales de noviembre. La única diferencia sería la segunda posición de los Verdes, que superan a los liberales del VVD y a Socialdemócratas en votos, si bien no en escaños. Los Países Bajos cuentan, además, con una originalidad: partidos que compiten entre sí a nivel nacional se forman parte, una vez en la Eurocámara, del mismo grupo político.

Juntos pero no revueltos

Es el caso de la CDA y el Partido Campesino Ciudadano, que engrosarán las filas del Partido Popular Europeo, y también de los eurodiputados elegidos, respectivamente, en las listas del VVD y de D66, que harán lo propio en Renew. En cambio, los elegidos por el PVV de Wilders se integrarán en Identidad y Democracia, en compañía, entre otros, de Alianza por Alemania, la Agrupación Nacional francesa y la Liga Norte italiana; mientras que el Partido Reformado se incorporará al grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos, donde coincidirán con Vox, Hermanos de Italia y los polacos del PIS,

En clave nacional, estos resultados deberían acelerar la formación de un Gobierno de coalición encabezado por una personalidad del partido de Wilders, después de la renuncia del líder. A menos que se forme una coalición de contrarios más del agrado de Bruselas, opción hoy en día improbable, aunque no del todo imposible. En todo caso, ya se ha superado con creces el plazo medio de formación de Gobierno: siete meses, casi ocho, frente a una media de 4 en las últimas décadas.