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Tropas ucranianas en el frente de JarkovEFE

La maquinaria de guerra ucraniana ya funciona a pleno rendimiento con ataques en Crimea y Rusia

Las fuerzas ucranianas recuperan la confianza en la victoria a medida que llegan nuevas municiones y armas occidentales al frente

Ataques con sistemas HIMARS, ATACMS, enjambres de drones, aviones no tripulados, drones de superficie… ¿Los objetivos? Los tradicionales de las fuerzas ucranianas, principalmente la península de Crimea, las posiciones de artillería en territorio ruso y los buques de guerra de la Flota del Mar Negro.

Ucrania, a medida que fluyen las municiones occidentales al frente de guerra, empieza a recuperar la autoestima y la esperanza de darle la vuelta al tablero. Incluso se vuelve a hablar de nuevo de planes, más o menos realistas, de contraofensiva a medio plazo.

La ofensiva rusa parece estar llegando a su fin y, tras ella, se llegará a una situación de bloqueo en la que, más allá de tratar de recuperar las aldeas perdidas en el norte de Jarkov, Ucrania no podrá lanzar ningún ataque a gran escala, pero sí podría preparar algún tipo de gran operación a partir de 2025.

Siempre que no se vuelva a interrumpir la ayuda militar occidental que permita a Rusia superar de nuevo las defensas ucranianas.

La guerra va para largo, pero a corto plazo las sensaciones en el frente entre las tropas ucranianas son muy distintas a las de hace un mes.

Las fuerzas de Kiev han vuelto a atacar Crimea durante la noche del 9 a l q0 de junio, empleando sistemas ATACMS –fuentes opositoras rusas recogidas por el Institute for the Study of War (ISW) apuntan a que Ucrania habría usado 10 misiles– para destruir sistemas de defensa aérea rusos.

En concreto, han destruido una batería S-400 y dos baterías S-300 en los territorios ocupados de Dzhankoi, Chornomorske y Eupatoria.

En territorio de la Federación Rusa, en concreto en la región fronteriza de Belgorod, Ucrania habría logrado desmantelar parcialmente el santuario ruso desde donde las fuerzas de Moscú prepararon y lanzaron en los últimos meses la invasión fallida del norte de Jarkov.

El fin del veto ha sido esencial para agotar de forma precipitada la capacidad ofensiva rusa y poner fin al intento de invasión de Jarkov.

En cuanto a la Flota del Mar Negro, los barcos rusos volvieron a sufrir un nuevo golpe, esta vez en el mar de Azov, cuando las fuerzas ucranianas atacaron e inutilizaron un buque de desembarco clase Ropucha, confirmó a Sky News el portavoz del comando operacional del sur de Ucrania, el capitán Dmytro Pletenchuk.