Cumbre del G7
Milei y Lula, dos titanes de políticas opuestas se ven las caras en un G7 italiano muy sudamericano
Para Meloni los asuntos candentes que queman en la mesa de los presidentes no pueden estudiarse sin contar con las Américas, con todas, incluida la discusión sobre las elecciones de Venezuela
El G7 o club de las siete democracias más ricas del mundo, se inaugura con el foco puesto en la Venezuela de Nicolás Maduro y la presencia estelar de dos presidentes sudamericanos enfrentados: Javier Milei y Luiz Inácio Lula Da Silva.
Los jefes de Estado y de Gobierno de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido iluminan hoy –y hasta el sábado– el firmamento más poderoso de la Tierra en el complejo hotelero, informa Efe, Borgo Egnazia. En la región italiana de Apulia (sur) la geopolítica global será el centro de unas discusiones que en esta edición giran sobre un eje con marcado acento español.
La 'primer ministro', como le gusta a Giorgia Meloni que se refieran a ella, ha roto los esquemas habituales del G7, acostumbrado a analizar zonas en crisis, como Ucrania, Gaza, África o Taiwán, y ha preferido plantear una mirada «más amplia y global».
Para Meloni los asuntos candentes que queman en la mesa de los presidentes no pueden estudiarse sin contar con las Américas, con todas. El comercio, la inmigración, las guerras o la Inteligencia Artificial forman parte de un todo de amplias fronteras. Por esa razón, asegura, como recoge Efe, que «descuidar la visión de América Latina sería un error».
Meloni, la líder de la derecha en Europa
La decisión de Meloni, exultante tras su triunfo en las elecciones europeas del domingo pasado, supone un acercamiento al sur global frente a la expansión, –o la conquista de China, según se mire–, en la región. En especial, este año en el que pasará por las urnas alrededor de la mitad del planeta.
La cumbre tiene la asistencia confirmada de Lula Da Silva, reincidente por tercera vez en el Palacio de Planalto (en los juzgados también escribieron su nombre en letras de molde), en calidad de presidente de turno del G20, el grupo donde se dan cita las principales economías del planeta.
Tradicionalmente, observa Efe, el G7 sienta en su mesa a los representantes de ese club más amplio y, de hecho, con el brasileño estará otro de los tres mandatarios de la 'troika' del G20, Narendra Damodardas Modi, de India, mientras que el sudafricano Cyril Ramaphosa no asistirá por estar centrado en formar gobierno.
Meloni ha querido invitar al argentino Milei, que estará, entre otros, junto al estadounidense Joe Biden y Emmanuel Macron, el derrotado en las urnas europeas, que ahora apuesta a todo o nada al disolver la Asamblea Nacional y convocar elecciones legislativas.
Con Javier Milei, afín ideológicamente a Meloni, con quien mantiene una buena relación personal, la cumbre de Apulia pone en el espejo dos visiones contrapuestas de Iberoamérica: la del libertario argentino al que abrazan los jóvenes y rockeros por la calle y la del viejo sindicalista del Partido de los Trabajadores (PT) .
El caso de las elecciones de Venezuela
Otro tema importante y preocupante de esta cumbre son las elecciones en Venezuela convocadas, en teoría, el próximo 28 de julio. Nicolás Maduro, si finalmente acepta las urnas y no comete un pucherazo bolivariano, tiene los días contados en el palacio de Miraflores. Por eso, la comunidad internacional y los poderosos del G-7 se temen que el sucesor de Hugo Chávez pueda sorprenderles con algún golpe bajo y las elecciones se terminen suspendiendo.
Todo es posible en Caracas donde la inhabilitación de la opositora María Corina Machado y el veto a los observadores de la Unión Europea, entre otros atropellos no le han servido a Maduro para garantizarse otra reelección.
La intención del G7, es incluir en su declaración final un «llamamiento a la democracia» en estos comicios que consideran «problemáticos».
La inclusión de esta cuestión en el Foro tiene de telón de fondo la defensa de la democracia, a unos 160.000 italianos residentes en Venezuela, (la mayoría de ellos con doble nacionalidad), además de más de a un millón de venezolanos con ascendencia italiana.