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El primer ministro británico, Rishi SunakAFP

Los conservadores británicos reclaman a Sunak que sea más agresivo con los laboristas

El Partido Conservador tiene un horizonte electoral muy negativo y se espera que la derrota frente a los laboristas sea histórica

Las encuestas electorales en Reino Unido pintan un panorama pésimo para el Partido Conservador y para el primer ministro Rishi Sunak.

Con el 4 de julio, día en que el país celebra elecciones, en el horizonte, los conservadores tienen poco margen para darle la vuelta a los más de 200 escaños de diferencia que las encuestas le dan de ventaja a los laboristas.

En ese complicado contexto, los ministros y diputados conservadores se han mostrado muy críticos con el modo con que Sunak está afrontando la campaña electoral.

Creen que el primer ministro está mostrando un perfil demasiado suave, débil, y le reclaman más agresividad hacia el candidato laborista Keir Starmer. Literalmente, que le salte «a la yugular».

La prueba de fuego tendrá lugar el 26 de junio, cuando ambos candidatos se vuelvan a ver las caras en un debate electoral. Será entonces cuando los conservadores comprueben si tienen o no opciones de darle la vuelta a los sondeos.

Según señala el diario The Times, más que ganar las elecciones, el objetivo de los conservadores es lograr que la derrota inevitable sea lo menos humillante posible. Obtener entre 140 y 180 escaños se consideraría un buen resultado.

Los diputados y ministros conservadores quieren que Sunak entre en los ataques directos a Starmer y, en concreto, en tres ámbitos: por su apoyo al exlíder laborista radical Jeremy Corbyn, su intención de reabrir el melón del Brexit en caso de alcanzar el 10 de Downing Street y por las supuestas irregularidades durante su trabajo como abogado de derechos humanos.

En particular, en el Partido Conservador creen que un tema tan traumático para la sociedad británica como es el Brexit sí que podría impulsar al partido.

Los conservadores acusan a Starmer de querer revertir el Brexit con un referéndum, dando de nuevo entrada mediante algún tipo de fórmula intermedia al Reino Unido en la Unión Europea.

Starmer y los laboristas, sin embargo, negaron que fuera esa su intención. Aseguraron que no devolverán al Reino Unido al mercado único europeo ni abrirán de nuevo las fronteras a la libre circulación de personas con la Unión Europea.

Su propuesta, insisten, consiste en una renegociación del Brexit para corregir los errores que han causado graves problemas a la ciudadanía británica y obtener con la Unión Europea un acuerdo más pragmático y realista.