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08 de septiembre de 2024

Ursula von der Leyen, durante la sesión del Parlamento Europeo en Estrasburgo

Ursula von der Leyen, durante una sesión del Parlamento Europeo en Estrasburgo

La debilidad de los liberales pone en riesgo la reelección de Von der Leyen

El voto secreto del que disponen los eurodiputados facilita que haya fugas en los partidos y no se respete la disciplina

Ursula von der Leyen aún no ha sido nombrada oficialmente como candidata a la presidencia de la Comisión Europea, pero ya se hacen cuentas sobre su posible reelección. En Bruselas todos dan por hecho que la alemana será la designada por el Consejo Europeo para repetir en el cargo, pero cuando llegue al Parlamento no lo tendrá tan fácil como inicialmente parecía.

El candidato que se presente a la investidura necesita sacar el apoyo de 361 eurodiputados, la mayoría absoluta del Parlamento, que esta legislatura contará con 720 escaños. Von der Leyen espera ampararse en los votos de su partido, el Partido Popular Europeo, y de los socialdemócratas y los liberales de Renew. El problema para ella es que desde la noche electoral hasta el día de hoy ese número ha ido en descenso.

Dando la espalda a los resultados electorales, que marcaron un giro a la derecha en el Parlamento, Von der Leyen habló desde el primer momento de construir un «bastión contra los extremos», ya fueran de derechas o de izquierdas. Su primera opción era volver a apoyarse en socialistas y liberales, dejando de lado a los conservadores y al grupo de la derecha. Pero quizás tenga que tirar de algunos de ellos si no le salen las cuentas.

El grupo de los liberales ha perdido peso desde el 9 de junio. El partido checo de ANO decidió abandonar la formación por no sentirse cómodos, aunque la presidenta de Renew, la francesa Valérie Hayer, reconocía que llevaban tiempo «descontentos» con la deriva que había asumido el grupo checo y que era «un divorcio que venía siendo necesario».

Al final, todos contentos menos Von der Leyen, que dejaba de contar con 11 diputados para su investidura. A la alemana, aún así, le salen las cuentas, ya que el Partido Popular Europeo cuenta ahora con 189 diputados, S&D 136 y Renew 74. Serían 399 votos favorables, pero en Europa no se puede asumir que se va a respetar la disciplina de voto.

La votación en el Parlamento es secreta y en urna, por lo que es fácil que haya fugas dentro de los partidos. Ya en su primera investidura, Von der Leyen recibió el beneplácito de la Eurocámara por solo ocho votos de diferencia y esta vez se prevé que puede ser igual de apurada.

La alemana podría perder hasta 38 apoyos, entre los cuales se da por hecho que no contará con los 14 diputados de los socialistas germanos, que tampoco la avalaron en su primera legislatura. Se queda así su cuenta en un margen de 24 que puede ser demasiado ajustado para salir elegida.

Von der Leyen lo sabe y por eso ya está tomando una serie de decisiones pensando en la votación. Sigue tendiendo el capote a Meloni para ganarse su apoyo a cambio de una posible vicepresidencia en el nuevo Ejecutivo y, para evitar que un enfado de Pedro Sánchez le reste votos, ha retrasado la publicación del informe sobre el Estado de derecho, en el que Bruselas tendrá que examinar la amnistía, hasta después de la votación en Estrasburgo. Pequeñas decisiones con la vista puesta en una investidura que todavía tiene que pelear.

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