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Alvino Mario Fantini entrevistado por El Debate (a su izquierda Borja Rama)

Alvino Mario Fantini entrevistado por El DebateJorge Ruiz

Entrevista

Alvino-Mario Fantini: «Los cristianos somos los nuevos rebeldes»

El exconsejero en instituciones multilaterales de Washington y Viena, relaciones públicas en las empresas Bridge News, Dow Jones, y Keybridge Communications, y editor de una revista de referencia se enfrenta a las preguntas de El Debate.

Fantini ejerce como superior en The European Conservative, una asociación que posee una plataforma web en la que el lector se encuentra hasta 15 noticias informativas diarias. Además, elaboran una cosmopolita revista trimestral — considerada una obra de arte — producto de un equipo esparcido por Europa en la que colaboran artistas de Francia, Brasil y Austria. Y con el diseño situado en Budapest.

La revista funciona como pilar para reintegrar el arte, la política, la filosofía, la literatura y la poesía para un público interesado en las raíces europeas y cristianas. La belleza es su leit motiv que sirve como unión para todo ser humano sin importar su ideología política o edad. «El ser humano responde a lo bello de una forma automática y natural y estoy convencido que a través de ella podemos llegar a la gente», sentencia nuestro protagonista.

Su alma, formada como artista y filósofo, ha provocado que Fantini haya podido crear este soporte de lujo en papel con la intervención de filósofos e intelectuales como Remí Brague, Gabriele Kuby, Ryszard Legutko o Balázs Órban.

Toda esta fundación cristiana nos confiesa que «colabora con casi todos los partidos que no sean de la izquierda, o marxistas y comunistas». Aunque, se pueden considerar independientes ya que no toman posiciones formales en cuanto a ciertos partidos a pesar de que puedan admirarlos.

Empezamos fuerte y nuestro interlocutor entra de lleno a opinar sobre la primera ministra de Italia.

La primera ministra de Italia se ha convertido en el alter ego del conservadurismo actual. ¿Qué opinión tiene sobre su figura?

—Yo la admiro, pero reconozco que el hecho de que haya tenido que negociar con Europa los fondos del Plan de Recuperación impuesto desde el Covid-19 le ha obligado a modificar su retórica. Antes de ser primera ministra, estaba muy cerca de personas como Steve Bannon y hablaba de políticas mucho más disruptivas. Pero reconozco que no es lo mismo estar en la oposición que en el gobierno.

También entiendo que Italia está en un momento precario y que el país es muy dependiente de ayudas europeas. En eso soy realista. Sin embargo, a veces quisiera ver a más políticos adoptar posiciones firmes y determinadas frente al chantaje de la UE. Piensa en el expresidente checo Vaçlav Klaus. De lo contrario, jamás vamos a poder unificar la derecha europea de la forma que necesitamos.

Entonces, por casos como Meloni, ¿cree que la corriente conservadora cristiana está abocada al fracaso en la Vieja Europa?

—El conservadurismo mainstream — la supuesta centroderecha — es lo que nos ha llevado a esta situación en Europa y en las Américas. Demasiadas décadas tratando de negociar con las izquierdas y el centro para convencerlos de que no somos una amenaza extremista. Nos han arrinconado. Es tiempo para un conservadurismo más fuerte, más desafiante. Nosotros los cristianos ya hemos perdido demasiado.

¿Apoya las subvenciones al arte?

—En algunos casos. El modelo neoliberal — que ha permitido una competencia sana y la libre empresa — también ha permitido, irónicamente, a las grandes corporaciones coludirse con los gobiernos. Esto ha dificultado la supervivencia no solamente de las pequeñas empresas; también ha impedido que pequeños emprendedores y artistas surjan. Quizás sean necesarias.

Le doy un ejemplo: en Hungría hay un renacimiento arquitectónico. El gobierno de Viktor Orbán que tiene convicciones conservadoras y cristianas las ha impreso en su cultura y en sus manifestaciones artísticas a través de subvenciones. Quizá necesitemos más de esto en otros países.

Si el conservadurismo anglosajón — también denominado burkeano — se ha quedado obsoleto, ¿Cuáles son las ventajas del europeo?

—El modelo anglosajón ya no sirve porque no responde a los desafíos actuales tan complejos. En la década de los ‘70 y ’80, ese conservadurismo anglosajón sí podía responder a los desafíos — por ejemplo, como la Guerra Fría.

Ese conservadurismo anglosajón exige que siempre nos comportemos como caballeros, y que usemos el raciocinio, para convencer a nuestros enemigos. Era algo admirable. Pero hoy en día, esa forma de ser moderada, basada en el consenso, no funciona.

Por mi parte, en el 2016 me costaba votar a Trump — al que consideraba tosco — pero mi di cuenta que frente a les elites cosmopolitas y tecnócratas gobernantes, era necesario mandar a alguien disruptivo a la Casa Blanca. Igual, los Tories ingleses han fracasado en cientos de temas — y por eso alguien como Nigel Farage es necesario.

¿Habrá en un futuro un giro a la derecha conservadora en los medios de comunicación?

—Dudo que haya un gran cambio por parte de las grandes empresas mediáticas. Por eso admiro a los nuevos medios como El Debate. Y cada mes aprendo de nuevas iniciativas en otros países. Me da mucha esperanza.

Fantini en la redacción de El Debate

Fantini en la redacción de El DebateJorge Ruiz

La fundación de Europa se basó en el cristianismo y las estrellas de la bandera son una alegoría a la aureola de la Virgen María.

—Lamentablemente, lo que tenemos hoy en día es muy diferente y se ha alejado de la visión original de los padres fundadores.

¿El ‘buenismo’ europeo ha perjudicado más que mejorado el paradigma?

—Es una pregunta que los europeos se tienen que preguntar. Nuestras raíces cristianas que antes nombrabas nos han hecho ser más abiertos a tanta gente del exterior por muchos años … Pero ahora nos encontramos con inmigración masiva y con inmigrantes que no solamente no comparten los valores de una sociedad cristiana, sino que las ven con desprecio.

Por eso la pregunta que formulo es la que todos los europeos deberían hacerse hoy día: ¿Es la inmigración el tema prioritario? ¿Y qué hacemos? ¿Deberíamos pararla?

Apoya una guerra cultural frente a la pérdida de valores, pero ¿cómo la nutriría financiera e intelectualmente?

—Existen empresarios en Sudamérica, Europa y Estados Unidos que se han dado cuenta de la situación y quieren impulsar o apoyar nuevos proyectos — nuevas actividades que puedan salvar lo que nos queda de la civilización. Creo que vendrán muchas más ayudas del sector privado a proyectos conservadores en los próximos meses y años — y eso me ilusiona.

Respecto al contenido cultural necesitamos fomentar la lectura. El politólogo italiano Giovanni Sartori lo refleja estupendamente en su libro 'Homo Videns', donde constata el cambio del hombre que lee libros al hombre que pasa a mirar pantallas. ¿Cómo se puede ser buen ciudadano de una sociedad compleja sin el proceso intelectual e interior que solo otorga la lectura?

Si defiendes la unión en España te tildan de facha y si proteges la familia eres un retrógrado. ¿Cree que los cristianos somos los nuevos rebeldes como en la Antigua Roma?

Absolutamente. Somos los rebeldes, los disidentes, los revolucionarios. No hemos buscado ese rol, sino que nos han impuesto esa etiqueta desde posiciones de izquierda. El exasesor de presidente Trump, Steve Bannon, afirma que si nos van a seguir señalando como fachas tal vez no nos debería importar tanto. Es mejor ignorarlos. Nos van a llamar de todo y eso no va a cambiar. Entonces ¿por qué no nos desacomplejamos?

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