Elecciones legislativas Francia
Impera la confusión entre los partidos contrarios a la agrupación de Le Pen
Mélenchon retirará a los candidatos que hayan quedado terceros, mientras que la derecha moderada da libertad de voto de cara a la segunda vuelta
El llamamiento de Emmanuel Macron, pidiendo una «amplia unión democrática y republicana de cara a la segunda vuelta para hacer frente a la Agrupación Nacional», añadiendo que la alta participación «muestra la importancia de este voto y la voluntad por clarificar la situación» ha recibido una respuesta bastante confusa por parte del resto de partidos: Jean-Luc Mélenchon, líder de La Francia Insumisa, principal componente de la coalición izquierdista Nuevo Frente Popular (Nfp), ha declarado que los candidatos de la Nfp que hayan llegado terceros, se retirarán en sus respectivos distritos para evitar una victoria del candidato de An.
El problema reside en que se trata de una decisión unilateral, que no ha consultado con ninguno de sus socios de coalición: ni con el líder socialista Olivier Faure ni con la ecologista Marine Tondelier. En la tertulia del canal de información continua Bfm, la ministra saliente de Asuntos Sociales, Aurore Bergé, no solo ha hecho oídos sordos a lo dicho por Mélenchon -entiéndase: no habrá reciprocidad-, sino que ha dejado claro que el próximo domingo -fecha de la segunda vuelta- «los franceses han de evitar dejar el país en manos de extremos», poniendo en pie de igualdad a An de Le Pen y al Nfp de Mélenchon. Sobre todo, parece contradecir la palabra del presidente de la República, su jefe de filas.
Por su parte, el antiguo primer ministro Édouard Philippe -lo fue entre 2017 y 2020, el primero de la era Macron- y líder de la pequeña formación centrista «Horizontes», que aún es parte de la mayoría macronista, ha pedido a sus candidatos que se retiren en sus distritos -siempre que lleguen terceros- para evitar que ganen «los candidatos An o Nfp». Algo más preciso que Bergé, pero teniendo en cuenta los pocos candidatos de su partido que están en situación de dirimir la suerte de los distritos en los que concurren, su postura es más bien irrelevante.
Mucho menos lo es, en cambio, la decisión de Los Republicanos, la formación histórica de centro derecha: «luchamos contra las tropelías de una extrema izquierda dominada por La Francia Insumisa, que quiere demoler nuestras instituciones, deconstruir nuestra civilización y que representa un peligro absoluto para nuestro país», afirmó el partido en un comunicado. "La Agrupación Nacional tampoco es la solución para Francia, porque su programa demagógico conducirá al caos», concluyen. No saben, entonces, en qué quedan. Los Republicanos apenas han obtenido un 10 % de los votos esta noche, pero el comportamiento de sus votantes resultará decisivo el próximo domingo, con motivo de la segunda vuelta.
Los únicos que han hablado claro han sido Jordan Bardella y Marine Le Pen: buenos augurios para dentro de una semana, aunque no es seguro que An obtenga la mayoría absoluta.
De momento, hay una satisfacción de tipo familiar: en el cuarto distrito de la provincia de La Sarthe -la de Le Mans- la hermana mayor de Marine Le Pen, Marie-Caroline, de 64 años, se clasificó para la segunda vuelta con el 39,3 % de los votos, por delante de la diputada saliente, Elise Leboucher (Nfp, 25,9 %), y de la candidata de Renacimiento-Ensemble, Sylvie Casenave-Péré (25,9 %), también clasificada. Habrá, por lo tanto, una triangular el próximo domingo. La primogénita de las hermanas Le Pen, que ha ostentado cargos electivos locales, ha sido derrotada anteriormente en cuatro elecciones legislativas.