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04 de julio de 2024

Zoé Valdés
Zoé Valdés

Francia y su empañado esplendor

Los desmanes de los grupos violentos sólo aparecen cuando gana la derecha, porque cuando gana la izquierda predomina el buen sentido y la decencia bajo la democracia, de la otra parte, a la que todavía llaman fascistas

Actualizada 11:17

Grupos de izquierda se manifiestan en Lyon contra la victoria en las legislativas de Agrupación Nacional

Grupos de izquierda se manifiestan en Lyon contra la victoria en las legislativas de Agrupación NacionalJeff Pachoud / AFP

Aquello que fue, por abandono ya no es, que diría Rabelais en esa maravilla que es Gargantúa y Pantagruel, desde luego con otras palabras y en un francés que todavía invita a vibrar al paladar, porque el idioma galo se degusta como un buen plato de ostras de temporada. La literatura salva, al menos alivia, sin duda alguna, con sus más y sus menos…

En el buró de voto, contrario a las veces anteriores, cada uno de los asistentes de mesa, franceses por «su puesto», aunque originarios de otras partes, trataban hoy con menos displicencia, sonreían atentos y señalaban a las boletas, a unas más que otras… Todo es como muy de otra galaxia, o como cuando antes existía aquella Francia con su eterno esplendor, algo empañado cual espejo mohoso, el clásico París bien vale una misa (¿ahora un sura del Corán?), y el patatí patatá o su machin et truc… Sí, todo parecía en calma…

Salvo cuando se apareció uno en su Tesla lujoso, parqueado a lo como Dios pintó a Perico, se coló delante, parapetando su suprema humanidad entre él y el resto, entregó sus documentos; entonces la muchacha de la mesa le informó que no era ahí, que debía ir a votar a otra oficina… Alors le mec (el tipo) se encabritó, gesticuló en pleno rostro de la meuf (mujer), dando a entender que le estaban impidiendo votar, sólo porque se estrenaba en ello, y tal y mascual…

Observé que la cosa iría a peor, y me le acerqué en plan psicoterapeuta de mediateca. No sólo le expliqué que en su carta de votante estaba marcada otra dirección, allí debía dirigirse, también antes que se armase la de San Quintín me ofrecí para indicarle cómo llegar. Me miró incrédulo. No, señora, yo vengo a votar aquí porque anoche estuve por ahí, en casa de ma puce (novia), y no tengo ganas de volver a mi baraque (su casa)… No, no es a tu casa, es a tu buró de votación, al indicado en la tarjeta, reiteré… Al fin entendió, masculló el putain de merde (la puta de tu madre), nique ta mère (tu madre muerta), habituales, y se alejó chirriando ruedas en su belicoso perol. De algo me ha servido el haber aprendido el argot de Barbès.

Tensión manifiesta, la joven agradeció mi conducta ciudadana, pero ya no fue igual; se le veía aturullada, pues la gente iba llegando al baile, digo, a la votación, para las legislativas, y los que lo hacían mentaban enojados a la progenitora del presidente por haberles obligado a levantarse temprano a votar pour la première fois (primera vez) para salvar a la Francia de la extrema derecha.

Es ahí cuando me pregunté: ¿y quien la salvaría de la ultra extrema izquierda en caso de que ganaran los islamo-comunistas antisemitas? Al parecer estoy entre las pocas personas preocupadas con semejante nimiedad -confío en equivocarme-, para esta mayoría apabullante que se ha inscrito a última hora y por primera vez sólo para que la derecha no pase, aunque pase la izquierda con su chusma y churre habitual, entre los que se encuentran un fichado S tres veces, antisemitas a montones de manual, y gentuza cuyos modelos son desde Lenin, pasando por Stalin, Pol Pot, Fidel Castro, Hugo Chávez y hasta Nicolás Maduro, o sea, la flor y la nata de lo más horripilante del planeta.

Tomé el RER hacia Drancy, Saint-Denis, barrios sulfurosos, debí ensayar variaciones de estaciones porque clausuraron la parada en Villejuif para evitar aglomeramientos, según se anunciaba, ¡acabáramos! Al fin me bajé donde se pudo, caminé, e intenté deambular por un suburbio asaltado por la vigilancia, no sólo policial, también de gangs.

Intenté preguntar acerca de las legislativas, intentaba tomar el estado de opinión de los paseantes. Pero ¿Quién soy yo? ¿Periodista, escritora, con qué intención…? Ni siquiera respondían, los que se atrevieron, aunque de forma vaga, no se detuvieron, no querían complicaciones, e incautos siguieron de largo. Sin embargo, ¿no se movilizaron, masivamente, y tanto que a las doce del día la intención de voto había superado el 25 %? Comparado con las legislativas anteriores il n'y a pas de portrait, no se puede ni comparar, altísima participación.

Los comerciantes protegían sus comercios, imaginando y sabiendo que ya las aseguradoras no los cubrirán como antes frente a los desmanes de los grupos violentos, que sólo aparecen cuando gana la derecha, porque cuando gana la izquierda predomina el buen sentido y la decencia bajo la democracia, de la otra parte, a la que todavía llaman fascistas, aunque el fascismo sea cosa históricamente de los socialistas, tal como escribió Yves Roucaute en un artículo.

Converso con una señora de vuelta del mercado, las típicas acelgas y la baguette sobresalen del bolso. ¿Qué cree que sucederá en esta primera jornada? Pase lo que pase, Francia va en decadencia. Me niego, le juro que me niego a creerlo. ¿En el país de Gustave Flaubert? Sí, también es el país de François Mitterrand, la deriva empezó por ahí, cuando los espejos empezaron a nublarse; no le echen la culpa solamente a Macron...

De regreso a casa, la participación a las 17 iba por un 59, 39 %, fuerte récord en alza desde 1978. Participación final estimada a 69 por ciento. En Seine-Saint-Denis, sorpresa, ha votado el doble que en las precedentes legislativas, 48 % hacia el mediodía. Pasadas las 19 horas a pie de urna los resultados asomaban: Rassemblement national: 33-34%, Nouveau Front populaire: 29-30%, Ensemble: 21-23%, Les Républicains - Divers droite: 10%

Lo que pudo dirigir la intención de voto en esta primera vuelta han sido las motivaciones indistintas maniobradas y/o coincidentes según las intenciones de cada partido, tales como: bajo poder adquisitivo, inmigración descontrolada, terrorismo y violencia cotidiana. En todo caso, las candidaturas para la segunda vuelta deben ser confirmadas el martes por la tarde.

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