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Montaje de los cinco posibles candidatos a primer ministro de Francia de La Izquierda InsumisaMontaje de David Díaz | El Debate

Francia

¿Quiénes son los candidatos a primer ministro de La Francia Insumisa?

Se llaman Clémence Guetté, Mathilde Panot, Manuel Bompard, Louis Boyard y David Guiraud. Son sectarios, agresivos y políticamente muy eficaces

Una escena llamó la atención durante la noche electoral en el programa especial que emitía BFM TV, uno de los tres principales canales televisivos de Francia: Franz-Olivier Giesbert, de 75 años, uno de los periodistas políticos más respetados del otro lado de los Pirineos, exdirector de Le Nouvel Observateur, Le Figaro y Le Point, perdía los nervios en directo. La responsable de hacérselos perder, y permaneciendo impávida, se llama Clémence Guetté, tiene 33 años, y el 30 de junio resultó reelegida diputada –logró por primera vez un escaño en 2022– en la primera vuelta.

Es, sobre todo, portavoz parlamentaria adjunta y copresidenta, junto a Jean-Luc Mélenchon, del Instituto La Boétie, el think tank del partido de extrema izquierda. Fría, seca e implacable, intelectualmente capacitada, se ha impuesto como una figura imprescindible de La Francia Insumisa en los últimos meses.

Su superior directa, como portavoz parlamentaria, es Mathilde Panot. Tiene 35 años, fue elegida diputada en 2017 y ocupa el cargo desde 2021, la más joven en toda la historia parlamentaria francesa. Principal responsable del estado de crispación y conflictividad que asola al hemiciclo del Palais Bourbon, convierte cada una de sus intervenciones en una sesión plenaria en un festival de latigazos verbales, a cada cual más punzante –su voz es especialmente severa–, contra los ministros macronistas. Por no hablar de sus cortantes réplicas a los que la entrevistan en las tertulias televisivas y radiofónicas.

Fue Panot quien, al día siguiente de la masacre perpetrada en Israel por Hamás, describió al movimiento fundamentalista como «el brazo armado que ahora es responsable de crímenes de guerra», pero sin llamarle terrorista. En septiembre tendrá que declarar como imputada por apología del terrorismo.

No le va a la zaga, en lo tocante al antisemitismo larvado, su colega de bancada David Guiraud, quien hace siete meses se vio obligado a dar marca atrás por haber publicado un post en X, antes Twitter, en el que mencionaba a los dragones celestes, personajes de ficción privilegiados e inmensamente ricos, utilizados regularmente como baza para atacar a los judíos. Guiraud, de 32 años, es un activista acérrimo de la causa palestina, y suele banalizar el peligro islamista. Hace un año, con motivo de las revueltas en las banlieues, se negó a secundar el llamamiento a la calma hecho por toda la clase política. «No pido calma, pido justicia», estimó oportuno declarar.

A tanto no llegó quién hasta ahora era el benjamín de la Asamblea Nacional, Louis Boyard, nacido en 2000 y diputado desde hace dos años; pero su sectarismo es equiparable. Forjado en los movimientos estudiantiles, vedette de programas televisivos en los que impera el insulto grueso más que la argumentación, se suele expresar con un peligroso descaro. Sin ir más lejos, en un tuit con fecha 21 de septiembre de 2022, en el contexto de las manifestaciones de mujeres iraníes contra el velo obligatorio, Boyard afirmó que no había «ninguna diferencia entre Zemmour, que lucha por quitar el velo a las mujeres, y los dirigentes iraníes, que luchan por imponérselo».

Más moderado en las formas, pero adepto del tono amenazante, es Manuel Bompard, secretario general del partido, fiel a Mélenchon como un perro lo es a su amo, el jefe le cedió en 2022 su escaño en Marsella, está condenado por violencias contra las fuerzas del orden. Las apariencias engañan.