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Armin Papperger, director ejecutivo del productor de armas alemán y proveedor de automóviles RheinmetallAFP

Estados Unidos y Alemania frustran un complot ruso contra el director de la mayor empresa proveedora de armas a Ucrania

El intento de asesinato de Armin Papperger formaba parte de una serie de planes rusos para asesinar a ejecutivos de la industria de defensa en Europa que apoyan el esfuerzo bélico de Kiev

La larga mano de Rusia se extiende por toda Europa. En esta ocasión, el objetivo del Kremlin era el director ejecutivo de la empresa de fabricación de armas alemana Rheinmetall, que ha estado produciendo proyectiles de artillería y vehículos militares para Ucrania. Este alto directivo es Armin Papperger y, sin saberlo, su nombre estaba en la lista negra de los servicios secretos rusos. Papperger, 61 años, ha conseguido salvar la vida gracias a la intervención de los servicios de Inteligencia de Estados Unidos (CIA), que consiguieron dar al traste con el complot contra el directivo alemán.

Este complot formaba parte de una serie de planes rusos para asesinar a ejecutivos de la industria de defensa en toda Europa que apoyan el esfuerzo bélico de Ucrania, según una información publicada en la CNN y de la que se han hecho eco los medios internacionales. Una vez destapados los planes rusos, la CIA informó de inmediato a Alemania, cuyos servicios de seguridad impusieron un servicio de guardaespaldas 24 horas tanto a Pappergar como a su familia.

El directivo alemán era y es un objetivo obvio para Moscú, ya que desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, su empresa, Rheinmetall, se ha convertido en el mayor fabricante de los vitales proyectiles de artillería de 155 mm que destacan por ser el arma decisiva en la guerra de desgaste que están librando las fuerzas rusas y ucranianas en el frente. El propio presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, rogó a los aliados, en los peores momentos de la ofensiva, que los países aliados aceleraran la entrega de este tipo de armamento.

Sin ir más lejos, el pasado mes de junio el propio Ministerio de Defensa alemán firmó un acuerdo marco para pagar a Rheinmetall hasta 8.500 millones de euros para reponer el inventario de proyectiles de 155 mm de las Fuerzas Armadas germanas, muy mermado por los esfuerzos bélicos en apoyo a Kiev.

El propio Papperger ha superado su papel de mero directivo y ha apostado abiertamente por un mayor gasto en defensa, convirtiéndose en una voz influyente en el sector. De hecho, según señala la CNN, su empresa tiene previsto abrir en las próximas semanas una fábrica de vehículos blindados en Ucrania, una iniciativa que, según una fuente conocedora de la información citada por la cadena estadounidense, preocupa profundamente a Rusia.

Esta información salió a la luz mientras los jefes de Estado de los 32 países que integran la OTAN se reunían en Washington en la cumbre por el 75º aniversario de la fundación de la Alianza. Al ser preguntada al respecto, la ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock, aseguró que el intento de asesinato contra Papperger era «una muestra más de que el presidente ruso libra una guerra híbrida contra Europa. Esta incluye ciberataques, sabotaje, campañas de desinformación y también ataques contra personas en territorio europeo».

El Kremlin, en boca de su portavoz Dmitri Peskov, ha negado rotundamente las informaciones. Durante su rueda de prensa diaria, Peskov ridiculizó la noticia, que tachó de «falsa». «Nos resulta muy difícil comentar informaciones de algunos medios que no contienen argumentación seria de ningún tipo y se basan en ciertas fuentes anónimas. Todo eso se presenta al estilo de una nueva noticia falsa que no puede ser tomada en serio», zanjó el portavoz de la presidencia rusa, como recoge EFE.

Alemania no es el único país en el punto de mira del Kremlin. Los tentáculos de Rusia llegan a cualquier rincón del mundo. España ha sido el último escenario, donde se sospecha que los servicios secretos rusos han actuado libremente. El pasado mes de febrero, un reconocido desertor ruso apareció muerto, en extrañas circunstancias, en el garaje de una urbanización de Villajoyosa (Alicante). Surgieron varias teorías sobre la muerte del piloto Maxim Kuzminov, pero todas llevaban a un mismo lugar: Moscú.