Guerra en las calles de Europa
Grandes altercados en Inglaterra e Irlanda por encontronazos con inmigrantes
Los conflictos continúan y han puesto en alerta a cientos de agentes de policía que se encuentran desbordados en Leeds mientras en Irlanda se manifiestan en contra de albergar solicitantes de asilo
En Leeds (Reino Unido) saltaba la noticia. Una gran protesta se producía esta misma tarde. Las imágenes dantescas muestran un gran incendio de un autobús, un coche de policía volcado en el barrio de Harehills y varias hogueras de grandes dimensiones, presuntamente provocadas. Tal y como muestra el comunicado de las fuerzas del orden, la preocupación es máxima ya que se están implementando cierres de carreteras y se aconseja a la población que se aleje de la zona afectada que se encuentra atrincherada.
El grupo protagonista de los altercados manifiesta su disconformidad por la retirada de la custodia de un menor de edad que forma parte de su comunidad.
Varios medios locales aseguran que los Servicios Sociales recogieron este niño de una misma familia numerosa.
Hasta doce unidades de policía se vieron obligados a intervenir para frenar estas oleadas de violencia que, según los medios ingleses, continúan.
Un portavoz de la Policía de West Yorkshire afirmó que «a las cinco de la tarde, la Policía fue llamada por un incidente en curso. Los oficiales asistieron y encontraron disturbios en el que estaban involucrados algunos trabajadores y varios niños».
No han sido pocos los políticos que han manifestado su descontento ante el nuevo Gobierno de Keir Starmer.
Como Nigel Farage ha aprovechado para denunciar que «las políticas del subcontinente se están desarrollando en las calles de Leeds. No digan que no se lo advertí».
Irlanda se manifiesta
En la estación de Garda en Coolock, al norte de Dublín, cientos de personas se reunieron para protestar frente a la antigua fábrica de Crown Paints, que ha sido destinada a albergar a solicitantes de asilo. Algunos manifestantes de grupos violentos trataron de incendiar esta factoría en desuso que el Gobierno irlandés pretende reformar.
Unas quinientas personas se han manifestado alrededor de este edificio público. La marcha finalizaba con la entrega de una carta a la policía irlandesa en la que mostraban su descontento.
Las fuerzas del orden llevaron a cabo registros en la zona a primera hora del día en un intento de frustrar cualquier intento de ocultar proyectiles como bombas incendiarias antes de la protesta de grupos de derecha dura.
Estos nuevos reproches se han producido debido a los graves disturbios que se produjeron el mismo lugar el pasado lunes. Después de que 200 efectivos de la policía entrara poco antes de las cuatro de la mañana en un intento de desalojar un campamento de manifestantes instalado en la entrada de la estación desde marzo.
Después se produjeron imágenes desoladoras, más propias de un conflicto bélico. La policía recibió alguna bomba molotov y una excavadora fue destruida por las llamas.