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AnálisisAquilino Cayuela

Radiografía de AfD: la nueva alternativa de cambio en Alemania

La clave del éxito de este partido y su expansión parten de las políticas migratorias que puso en práctica Angela Merkel y, sobre todo, desde la acogida masiva de población venida del Oriente Medio a raíz de la guerra de Siria

El principal candidato del partido Alternativa para Alemania (AfD), Jörg Urban, en un mitin, en Dresde, Alemania.EFE

La polarización en la política alemana avanza inexorablemente. En el este: Turingia, Sajonia y Brandemburgo. En estos dos primeros estados federados, Alternativa para Alemania (AfD) experimentó un auge sin precedentes.

En Turingia, se ha convertido en la primera fuerza con el 32,8 % de los votos, mientras que en Sajonia han acabado en segunda posición, con el 30,6 % de los votos, por detrás de los democristianos de la CDU, que han conseguido el 31,9 %.

Aún estamos pendientes de las elecciones en Brandeburgo, el próximo 22 de septiembre, donde AfD también aparece entre los favoritos.

Por la Izquierda el nuevo partido BSW o «Alianza de la Sahra Wagenknecht» se estrena con fuerza, con la líder de la nueva izquierda subiendo en popularidad.

El principal candidato de la AfD en Turingia, Björn Höcke, parece, además, que se presenta como un candidato al Parlamento Federal (Bundestag). Björn Höcke se guardó las frases más impactantes hasta casi el final de su campaña: «¡No son unas elecciones estatales normales! ¡Estas son elecciones históricas!»

Arengaba en el mercado de Bad Frankenhausen, una ciudad balneario del distrito de Kyffhäuserkreis, que acogió uno de los mítines finales de Höcke, ante un público que se ambientaba entre bratwurst, cerveza y una tienda ambulante de tatuajes para los pocos que aún no están ya tatuados.

Björn Höcke, ha sacado un importante rédito electoral del atentado de Solingen, incluso antes de conocerse su reivindicación por parte de Estado Islámico. Höcke, según todos, representa el ala más radical de la AfD y sostiene un firme discurso contra la islamización, escribiendo en su cuenta en X. antes Twitter, eslóganes como estos:

—«¡Liberaos, terminad de una vez por todas con el desvarío del multiculturalismo forzado!»

—«¡Proteged a vuestros hijos!»

—«¡Enviad al cártel de partidos responsables al desierto!»

—«¡Se acabó la cultura de acogida!»

—«¡Votad el 1 de septiembre por el cambio!».

AfD fue un partido político fundado en 2013 por Bernd Lucke, profesor de Economía de la Universidad de Hamburgo, el periodista Konrad Adam, que escribía en el prestigioso diario Frankfurter Allgemeine Zeitung, y los expolíticos de Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU) Alexander Gauland y Gerd Robanus.

Desde su fundación, AfD se presentaba como un partido liberal–conservador, con un libertarismo de derechas y un euroescepticismo suave que trataba de desvincularse de la extrema derecha y buscaba acercarse a un liberalismo clásico.

En economía, su programa se basa en el rechazo al euro y la defensa de la vuelta al marco alemán. Defienden una disolución ordenada y paulatina de la eurozona y rechazan los rescates a los países periféricos.

Su programa se basa en el rechazo al euro y la defensa de la vuelta al marco alemán

Su defensa del nacionalismo alemán y su posición euroescéptica ha hecho que la prensa comparase AfD con los movimientos y partidos neonazis, algo que el partido niega categóricamente y prohíbe que sus miembros tengan vínculos con la ultraderecha alemana o partidos neonazis.

Los actuales líderes del partido son Alice Weidel, una economista, empresaria y actual líder del partido en el Parlamento Federal (Bundestag) y Tino Chrupalla, también empresario y miembro del parlamento alemán como líder de AfD.

Pero la clave del éxito de este partido y su expansión parten de las políticas migratorias que puso en práctica la excanciller Angela Merkel y, sobre todo, desde la acogida masiva de población venida de Oriente Medio, a raíz de la guerra civil en Siria. Esto generó diversas crisis en la CDU, pues el sector más conservador se sentía descontento. Así mismo las grandes coaliciones de Merkel hacían demasiadas concesiones a los idearios progresistas de los socialistas (SPD).

De otro lado, el crecimiento de la población árabe-musulmana ha sido espectacular en estos últimos años y AfD ha sabido captar el voto del alemán medio descontento con estas políticas, principalmente en las zonas más depauperadas de lo que fue la antigua Alemania Oriental.

En marzo de 2020, la Oficina Federal para la Protección de la Constitución clasificó a la facción más dura del partido, conocida como Der Flügel, como una amenaza de extrema derecha contra el orden básico democrático libre y como una propuesta política «no compatible con la Ley Fundamental» y, por tanto, casi proscribía a un sector pujante en el partido y los ponía bajo vigilancia de inteligencia interior, como un «presunto grupo extremista».

En respuesta a las afirmaciones de los miembros de la AfD de que la medida tenía la intención de dañar las posibilidades del partido en las próximas elecciones federales, la agencia declaró que no haría anuncios públicos sobre las investigaciones sobre la AfD o sus candidatos en el futuro previsible.

AfD es un partido nacionalista alemán, nacional-conservador y euroescéptico

Sin embargo, esta situación y la expansión sin freno de la inmigración le han ido haciendo cada vez más popular. Actualmente, la AfD es un partido nacionalista alemán, nacional-conservador y euroescéptico.

Desde 2017, la AfD sí se ha mostrado cada vez más abierta a trabajar con grupos de extrema derecha y hay facciones de la AfD que han sido acusadas de tener tendencias racistas, islamófobas, antisemitas y xenófobas muy cercanas a los movimientos neonazis. Los líderes del partido han negado siempre dichas acusaciones.

La guerra de Ucrania y la pérdida que ésta supone para la economía alemana, desde febrero de 2022, ha añadido a su discurso euroescéptico un argumento a favor de un acercamiento a la Rusia de Vladimir Putin tal como se producía antes del conflicto, con importantes ventajas energéticas, comerciales y económicas para los alemanes.

Siendo Alemania aún el país más fuerte de la Unión Europea, el cambio político que se puede iniciar resultará muy significativo para el resto de los miembros de la UE.

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