El matrimonio asesinado por su hijo en Paderno Dugnano (Italia)
Un triple asesinato a manos de un adolescente conmociona Italia: «He matado a mis padres y a mi hermano»
En un primer momento, negó los hechos, pero para los investigadores había demasiados elementos que no cuadraban
La noche anterior, Fabio, el padre, había festejado su cumpleaños junto a su mujer Daniela y a los dos hijos. Una celebración familiar en la casa, un adosado en el número 33 de Paderno Dugnano, en el interior de Milán (Italia). Horas más tarde, ese mismo lugar se convertía en la escena de un crimen.
Los carabinieri se presentaban en la vivienda después de recibir a las dos de la madrugada una llamada al 112 de uno de los hijos: «Venid, he matado a papá, porque mató a mi madre y a mi hermano». Al llegar, el joven, de 17 años, tenía el cuchillo de cocina con el que supuestamente habían exterminado a su familia. Sin embargo, a medida que relataba los hechos, su versión se tornaba inconsistente.
En un primer momento, el chico aseguró que cuando entró en la habitación de su hermano Lorenzo, de 12 años, vio a su padre sentado en una silla con el cuchillo al lado. El cuerpo de su hermano pequeño yacía en la cama y el de su madre, en el suelo.
La familia de Paderno Dugnano asesinada por su hijo de 17 años
En ese instante, agarró el cuchillo y apuñaló a su padre. Lo que llamó la atención de los investigadores es que el sospechoso no tenía signos de violencia en su cuerpo ante una hipotética riña con su progenitor. Ni un rasguño, ni una marca. Nada.
Los tres cadáveres estaban en el dormitorio que compartía con el pequeño Lorenzo, en el primer piso de la vivienda. Mientras los investigadores intentaban confirmar la versión del joven de 17 años, ya habían establecido una certeza, confirmada por el fiscal de Monza: el pequeño de 12 años fue quien sufrió el ataque más feroz y el primero en ser apuñalado.
Después de un largo interrogatorio, el joven de 17 años confiesa: «Los maté yo a todos». Hasta el momento se desconoce el móvil del triple asesinato.
Después de la confesión, el sospechoso salió de la comisaría y escondió su rostro ante la presencia de los medios de comunicación.
