Scholz insta a los partidos alemanes a aplicar el cordón sanitario a la AfD en Sajonia y Turingia

Las primeras reacciones tras los resultados en las elecciones regionales de Turingia y Sajonia –donde Alternativa para Alemania (AfD) ha quedado como la primera y segunda fuerza más votada respectivamente–, no se han hecho esperar. La AfD arrasó anoche en ambos länders, mientras que la coalición de Gobierno de Olaf Scholz –socialdemócratas, verdes y liberales– sufrió un batacazo histórico. Con los resultados en la mano, el canciller alemán ha pedido a los partidos alemanes que «formen gobiernos estables sin extremistas de derecha».

«Los resultados de las elecciones del domingo son amargos, también para nosotros. Sin embargo, el SPD –Partido Socialdemócrata de Alemania– se mantuvo unido», ha confesado Scholz. El SPD sumó tan solo el 6, 1 % de los votos en Turingia y el 7,3 % en Sajonia, relegados a ser un partido sin apenas poder de influencia en la política regional. A pesar de sus malos resultados, el socialista ha pedido al resto de partidos, en concreto a la CDU –Unión Demócrata Cristiana de Alemania– que aplique el conocido «cordón sanitario», para que AfD no pueda formar un Gobierno.

«Nuestro país no puede ni debe acostumbrarse a esto. AfD daña a Alemania. Debilita la economía, divide a la sociedad y arruina la reputación de nuestro país», ha declarado el canciller alemán. La formación de Gobierno en los dos estados federados será difícil ya que, debido a la debilidad del SPD y Los Verdes y a la desaparición de los liberales, la CDU tendrá que buscar acuerdos con la Liga Sahra Wagenkneckt (BSW), un nuevo partido de izquierda radical surgido de una escisión de La Izquierda. En Turingia, probablemente también tendrá pactar algún tipo de cooperación con La Izquierda.

Por ahora, AfD cuenta con una minoría de bloqueo en el parlamento de Turingia, lo que le permitiría entre otros evitar el nombramiento de jueces. Sin duda, el resultado de las elecciones en estos dos estados federados refleja el descontento de una parte de la opinión pública con el Gobierno actual a causa de la inflación, las medidas para implementar la transición ecológica o la inmigración. Además, las continuas disputas dentro del Ejecutivo tripartito también han alimentado su impopularidad.