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Un bombero tratando de extinguir el fuego en camiones luego de un ataque con misiles en Dnipro, en medio de la invasión rusa de UcraniaAFP

Un evidente fallo de seguridad y dimisiones en masa: radiografía de un martes negro en Ucrania tras el ataque ruso que causó 51 muertes

Se trata del ataque más mortífero llevado a cabo por el régimen de Putin en el último año sobre Ucrania

El ataque ruso que sacudía la ciudad ucraniana de Poltava –situada en unos 200 kilómetros de la frontera este con Rusia– marca un nuevo capítulo en la guerra de Ucrania. No solamente por el empleo de dos misiles balísticos Iskander-M, sino por convertirse en el ataque más mortal del régimen de Putin en territorio ucraniano –51 según el último recuento y más de 200 heridos– en el último año.

El régimen de Vladimir Putin tenía un objetivo claro. El ataque, perpetrado contra el Instituto Militar de Comunicaciones de la ciudad de Poltava también habría alcanzado una institución educativa y un hospital cercano, provocando una conmoción en el país ucraniano. No solo por el gran número de fallecidos, sino por el clima de tensión que se respira en el país. Esto se debe, principalmente, a que se han ido sucediendo las acusaciones de negligencia hacia los mandos militares que habrían permitido una concentración de tal magnitud en un posible objetivo militar.

La gran incógnita que intentan responder en el Ejecutivo de Volodimir Zelenski es qué falló a la hora del ataque. Y es que aunque el presidente ha ordenado una investigación exhaustiva de lo ocurrido, la realidad es que en estos momentos hay más dudas que respuestas que expliquen el motivo por el que se permitió un ataque de tal magnitud. A la par, desde el Ejecutivo no se ha querido informar sobre si los muertos son civiles o militares, una costumbre mantenida por el país desde que comenzara la guerra.

El mando militar, señalado

A las pocas horas de que tuviera lugar el ataque, las reacciones de distintos analistas y expertos no se han hecho esperar.

Uno de ellos, el popular analista militar Yuri Butusov, que tiene casi medio millón de seguidores en Facebook, ha pedido que se tomen medidas contra los responsables por no aplicar las medidas de seguridad necesarias.

Por su parte, el reportero militar y activista Iliá Ponomarenko ha escrito en su cuenta de la red social X, antes Twitter, que «no es suficiente con hacer declaraciones» y ha exigido que se identifique con nombres y apellidos a quienes han cometido la supuesta negligencia para evitar que vuelvan a ocurrir hechos similares.

Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania ha calificado lo ocurrido en Poltava de «pura maldad y terrorismo» por parte de Rusia, a la que ha acusado de tener como objetivo «eliminar, matar y destruir».

«Este crimen, al igual que otros, exige una respuesta contundente de la comunidad global. No solo con declaraciones sino con decisiones y acciones que hagan retroceder al mal», se lee en un mensaje publicado por el Ministerio en su cuenta de la red social X.

Dimisiones en masa

El ataque, unido al conato de investigación que el Gobierno ucraniano ponía en marcha, se veía ensombrecido por el desmembramiento de la cúpula gubernamental ucraniana. En las últimas horas, tres ministros del Gobierno presentaban su dimisión. Se trataría del ministro de Industrias Estratégicas, Oleksandr Kamishin, el ministro de Justicia, Denís Maliuska, y el responsable de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Ruslán Strilets. A estas tres dimisiones se unía la dimisión del jefe del Fondo de Propiedad del Estado, Vitali Koval.

El último en anunciar su salida del Ejecutivo ha sido el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitró Kuleba, a través de una carta remitida a la Rada Suprema del país (Parlamento). «La Rada Suprema ha recibido una declaración del ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, D.I. Kuleba, sobre su dimisión», ha anunciado, este miércoles, el jefe de la Cámara, Ruslán Stefanchuk, en su cuenta de Facebook, sin dar más detalles.

Dichas renuncias llegaban bajo un clima de auténtica tensión en el Gobierno ucraniano. El primer ministro del país, Denís Shmigal, ya dejó claro hace escasas semanas que debían reducirse el número de Ministerios para recortar gastos y así hacer más eficiente la labor del Gobierno en medio de la crisis económica y financiera generada a raíz del conflicto.