El régimen de Maduro deja de asediar la Embajada de Argentina nada más salir Edmundo González de Venezuela

Nada pasa por casualidad y menos en un país como Venezuela bajo el régimen de Nicolás Maduro. El opositor venezolano y presidente electo, Edmundo González Urrutia, se vio obligado a abandonar su país y poner rumbo a España, este domingo, para iniciar su exilio. En ese momento, casualidad (o no), las fuerzas chavistas abandonaban los alrededores de la Embajada de Argentina en Caracas, donde se refugian otros seis opositores y colaboradores cercanos de González Urrutia y María Corina Machado (MCM).

La oposición denuncia que el acoso a la legación diplomática argentina respondió a otro intento más por forzar la salida del ganador legítimo de las elecciones del pasado 28 de julio y, en esta ocasión, surtió efecto. Este sábado, el coordinador internacional de la formación, Pedro Urruchurtu, denunciaba, a través de su cuenta de X, antes Twitter, que el Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN), había rodeado el edificio, bajo jurisdicción de Brasil, tras la ruptura de relaciones entre Caracas y Buenos Aires. Horas después, el régimen de Maduro anunció que revocaba el permiso para que la legación brasileña representase los intereses argentinos en Caracas. Una medida que apuntaba a un inminente asalto al edificio para proceder a la detención de los seis opositores.

El exdiplomático venezolano, refugiado en la Embajada de Países Bajos y posteriormente en la residencia del embajador español, entendió entonces que en Venezuela no hay lugar seguro. La dictadura de Maduro se atreve con todo y no le importa tomar una legación diplomática extranjera para conseguir acallar a la oposición. Edmundo González, que hasta este mismo sábado no habría tomado la decisión de exiliarse, manifestó su deseo de abandonar el país, siempre y cuando, el régimen chavista dejara de acosar a los disidentes refugiados en la sede diplomática. Dicho y hecho, el exdiplomático, con mediación del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, abandonaba territorio venezolano y dejaba a la oposición descabezada, mientras que el SEBIN desaparecía de los alrededores de la legación argentina.

La salida de Edmundo González de Venezuela está envuelta, aún, de misterio y contradicciones. EL Gobierno insiste en que no ha habido negociaciones con el régimen de Maduro y que únicamente atendieron a la solicitud de asilo de un ciudadano. Una versión que desmiente por completo Caracas. Tanto el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, como la vicepresidenta Delcy Rodríguez, han asegurado que sí hubo contactos. «La falsaria no es buena consejera. Amplias conversaciones y contactos tuvieron lugar para operativizar la partida del opositor González Urrutia del país con las plenas garantías que ofrece un salvoconducto, producto del acuerdo entre ambos gobiernos», aseveró, este domingo, Delcy Rodríguez.

La vicepresidenta habla con conocimiento de causa, ya que tanto ella, como su hermano Jorge, habrían formado parte de esas negociaciones, además de haber amenazado a Edmundo González con apresar a su mujer y a su hija, si no abandonaba el país. El propio exdiplomático confirmó, a su llegada a Madrid, a través de un mensaje de audio difundido por la coalición a la que representa, que su salida de Caracas «estuvo rodeada de episodios, de presiones, coacciones y amenazas». La líder opositora MCM, que permanece en Venezuela, fue más allá al denunciar que la vida del presidente electo «corría peligro». «Las crecientes amenazas, citaciones, orden de aprehensión e incluso los intentos de chantaje y de coacción de los que ha sido objeto, demuestran que el régimen no tiene escrúpulos ni límites en su obsesión de silenciarlo e intentar doblegarlo», escribió Corina Machado en un mensaje en su cuenta de X, antes Twitter.

Una vez en Madrid, el papel de Edmundo González queda en el aire. Se desconoce dónde se refugia actualmente en la capital madrileña y si mantendrá su lucha contra el régimen de Maduro desde el extranjero, a pesar de las amenazas que pesan contra la seguridad de su familia. El exdiplomático todavía cuenta con su hija Mariana en Venezuela. Su mujer, Mercedes López, abandonó el país sudamericano junto al opositor y fueron recibidos en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz por su otra hija Carolina, afincada en España desde hace diez años.