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Los dolientes llevan el ataúd de una de las personas que murieron un día antes en las explosiones en el sur de BeirutEFE

Israel y Hezbolá se precipitan a una guerra total tras el movimiento de tropas a la frontera con el Líbano

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha anunciado que el conflicto se dirige hacia una «nueva era», horas después de que el país vecino sufriera otra oleada de explosiones

Israel y Hezbolá se dirigen peligrosamente hacia un punto de no retorno y que hace temer una guerra total. Nadie quiere volver al escenario de 2006, cuando tropas israelíes invadieron el sur del Líbano. El país del cedro todavía recuerda esos 34 días con gran angustia y miedo, y son conscientes de que una nueva incursión israelí sería aún más demoledora, también para el Estado judío. Sin embargo, las últimas palabras del primer ministro hebreo, Benjamin Netanyahu, y el movimiento de tropas de la Franja de Gaza a la frontera con el Líbano vaticinan una «nueva era» en el conflicto bélico.

«Ya dije que devolveríamos a los residentes del norte a sus hogares sanos y salvos, y eso es exactamente lo que haremos», aseveró, este miércoles, Netanyahu. En esta misma línea se había pronunciado poco antes, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, durante una visita a las tropas de la fuerza aérea, asegurando que el país se dirige a una «nueva fase» de la guerra en Gaza, a medida que despliega más fuerzas y recursos en la frontera con el Líbano. Todas estas declaraciones se producen, además, horas después de que el país vecino se viera sacudido por una nueva oleada de explosiones de aparatos eléctricos vinculados a la milicia chií, en el que 25 personas murieron y más de 600 resultaron heridas.

Se trata del segundo día consecutivo que el país mediterráneo sufre un ataque de este tipo, aunque Israel sigue sin atribuirse la autoría, de lo que ya se ha bautizado como 'Operación Bíper', la explosión de miles de 'buscas' este martes de milicianos de Hezbolá lleva el claro sello del Mosad. Israel, según ha publicado la CNN, informó a Estados Unidos el mismo día de la ofensiva, pero no ofreció detalles sobre la operación en curso. De hecho, las explosiones se produjeron mientras que el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, viajaba de Washington a El Cairo para tratar de negociar un alto el fuego en Gaza.

En torno a las 15:30, hora local en el Líbano, miles de milicianos del grupo terrorista libanés recibieron un mensaje en sus buscapersonas, minutos después los aparatos explotaban causando unos 3.000 heridos y 12 muertos, entre ellos una niña de ocho años y un niño de doce. El ataque llegó a traspasar las propias fronteras del país del cedro y también alcanzó a integrantes de Hezbolá en Siria. Las deflagraciones se han repetido durante la tarde de este miércoles por todo el país.

El ataque, atribuido a Israel, ha sido considerado por la propia milicia chií como «la mayor brecha de seguridad» en el último tiempo. El Partido de Dios ya advirtió de que la nación vecina «recibirá su justo castigo» y una represalia «específica» por la acción. «Tras examinar todos los hechos, datos actuales e información disponible sobre el malvado ataque ocurrido esta tarde –en referencia al martes–, consideramos al enemigo israelí como completo responsable de esa agresión criminal que también tuvo como objetivo a civiles y que mató a varias personas», anunció Hezbolá en un comunicado. Una represalia que el grupo terrorista ya habría iniciado con el lanzamiento de cohetes contra posiciones de artillería israelíes.

Israel también ha movido ficha en este complejo tablero bélico. El jefe del Estado Mayor del Ejército hebreo, Herzi Halevi, mantuvo una reunión con el responsable del Comando Norte y, según anunciaron las propias Fuerzas Armadas, aprobó «planes de ataque y defensa» en el norte. «Tenemos muchas capacidades que todavía no hemos activado», señaló Halevi, quien añadió que «las dos próximas fases ya están preparadas, y en cada fase el precio para Hezbolá debería ser alto» En el Líbano se mantienen en alerta por posibles nuevos ataques y contienen el aliento ante el discurso del líder del Partido de Dios, Hasan Nasralá, que tiene previsto dirigirse, este jueves, al país para abordar la situación. Nuevamente, ambos bandos han vuelto a traspasar todas sus «líneas rojas» y amenazan con desestabilizar Oriente Medio.