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El ministro de Justicia de la República Democrática del Congo (RDC), Constant Mutamba, anunció la puesta en libertad de 648 reclusos de la prisión de Makala, la más grande del país, incluyendo ocho menores, en el marco de los esfuerzos del Gobierno para descongestionar las cárceles congoleñas. «Debéis ser modelos a seguir porque os estamos dando la oportunidad de recuperar vuestra libertad. Entre vosotros, hay personas que pueden ser útiles a la sociedad. No volváis a cometer los mismos errores que os trajeron aquí», dijo Mutamba en una ceremonia celebrada este sábado en la propia prisión de Makala, en el sur de la capital, Kinsasa.

«Es gracias a la amabilidad del presidente de la República (Félix Tshisekedi) que os libero, en el marco de la ejecución del plan del Gobierno para descongestionar las cárceles para su rehabilitación», añadió el ministro, según recogieron medios locales a última hora del sábado. Entre los presos que recuperaron la libertad, se encuentran ocho menores de edad y 73 adultos que ya habían cumplido regularmente con sus penas.

Durante los últimos meses, las autoridades congoleñas han liberado a cientos de personas tanto en Makala como en otros presidios del país. Así, según reportan medios locales, más de 400 presos abandonaron ya a finales de julio Makala mientras una treintena recuperaron la libertad a principios de agosto en la prisión central de Kisangani (que estaba llena, a más del doble de su capacidad original para alojar a unas 500 personas), en la provincia de Tshopo (centro).

A finales de agosto, 120 detenidos más fueron liberados en la cárcel de Mbuji-Mayi, en Kasai Oriental (también centro). El anuncio de este sábado se produjo después del intento de fuga de Makala que tuvo lugar la madrugada del pasado 2 de septiembre, en el que murieron más de 130 personas -algunas por disparos de las fuerzas de seguridad y otras por asfixia y empujones- y al menos 195 mujeres fueron violadas, en ocasiones de manera repetida y por varios hombres.

Esta cárcel ya fue escenario en 2017 de una fuga masiva de unos 4.500 presos durante el asalto efectuado contra el penal por seguidores de la secta Bundu Dia Kongo para liberar a su líder, Mwana Nsemi. La prisión de Makala es la más grande de la RDC y, como muchas otras en el país, está superpoblada, ya que alberga a más de 15.000 presos alojados en diferentes pabellones, aunque tiene una capacidad máxima para 1.500 personas.